En temas de educación y capacitación para inversionistas, muchas veces se pone el énfasis en cuestiones como los conocimientos técnicos específicos a la hora de la toma de decisiones.
Es importante contar con las herramientas necesarias para interpretar las fuentes de información de la mejor manera posible, pero a largo plazo puede ser hasta más útil disponer de la actitud psicológica correcta para implementar las estrategias de manera eficiente.
Según el multimillonario Warren Buffett, “el éxito en las inversiones no requiere de un coeficiente intelectual especial. Una vez que se tiene una inteligencia promedio, lo necesario es el temperamento para evitar los errores más importantes”.
Dependiendo de la clase de estrategia que aplique cada inversionista, las dificultades psicológicas van a estar relacionadas con aspectos diferentes y es importante tener en cuenta que la que lleve adelante debe estar en concordancia con su personalidad.
Buffett, por ejemplo es famoso por mantener sus posiciones durante décadas, y por lo tanto, la paciencia es vital en sus planes. “Nuestro período de inversión favorito es: para siempre”, afirma.
Su estrategia radica comprar acciones de empresas de alta calidad, especialmente cuando sus precios se encuentran a niveles atractivos, y mantenerlas durante largos períodos, lo que le permite capturar oportunidades extraordinarias.
Buffett incrementó notablemente sus posiciones durante la crisis de 2008/2009, y por lo que aprovechó precios de entrada muy atractivos en activos que todavía mantiene en cartera.
Un inversionista que pretendiera aplicar su misma estrategia debería tener en cuenta que es necesario contar con la templanza para medir los retornos de sus inversiones en términos de varios años por lo menos.
De poco servirá seleccionar una compañía en base a la calidad de su management o el valor de sus ventajas competitivas – factores que Buffett suele tener en cuenta – si va a desarmar la posición a causa de unas perspectivas poco alentadoras para el mercado en el corto plazo.
Por el contrario, esta clase de inversionistas debe estar dispuesto a mantener o incluso incrementar sus posiciones cuando los precios caen por problemas económicos o factores generales de los mercados.
En otro sentido, los operadores de corto plazo en general basan sus decisiones en las tendencias de precios y, por lo tanto, cuando esta cambia lo más aconsejable es vender sin titubeos y proteger el capital para una próxima operación.
TOMAR PÉRDIDAS
Tomar una pérdida suele ser difícil desde el punto de vista psicológico para muchos principiantes y, sin embargo, los más exitosos saben que la habilidad de vender rápido una posición antes que éstas sean demasiado grandes puede ser determinante en los retornos que obtiene con el paso del tiempo.
El trading a corto plazo es una cuestión diferente a las inversiones de largo y, por lo tanto, las reglas de juego también son distintas.
Para operar con éxito en lapsos breves de tiempo, la disciplina de respetar las órdenes de stop loss es tan importante como la paciencia en el caso de las más prolongas, y no debería ser aplicada por quienes carecen de la actitud psicológica necesaria.
Cada estrategia requiere una disposición mental particular. Quienes optan por horizontes más lejanos deben tener paciencia para mantener sus activos más allá de la volatilidad de precios generada por el contexto de mercado.
En cambio, los de corto plazo necesitan contar con la disciplina de ejecutar las órdenes de venta sin dudar demasiado. En cada caso, se requiere una diferente predisposición psicológica, pero en todas resulta clave contar con la fortaleza mental para tomar las decisiones correctas.
fuente:ww.bancaynegocios.com
La actitud psicológica, un factor de éxito para invertir en los mercados