Existen discusiones acerca el efecto que produce la lectura en el éxito y desarrollo de un país o de una persona. Sin duda, muchos se preguntarán si esto es algo real o simplemente un mito. En el caso de las finanzas, lo negocios, las inversiones y la riqueza, hay hechos que sirven de referencia como de indicadores.
Está el caso de Bill Gates, quien según CNN, dice leer cinco libros por semana, lo que equivale al año a 260 libros, de múltiples temas, y no solo de informática como se creería. Para 2013 mi lectura fue de 26 libros, o sea el 10% de lo leído por Gates, lo cual me indica que debo mejorar sustancialmente frente dicho record. Warren Buffett, según el diario Wall Street Journal asevera que en un día normal es bastante corriente, pues lo pasa leyendo y pensando en su oficina en Omaha – Nebraska.
Algunos expertos mundiales del liderazgo y del crecimiento personal manifiestan que nuestro futuro o que tan lejos lleguemos en la vida, no está en función de lo mucho que nos esforcemos, sino de lo bien que pensemos. Afirman que “Los grandes líderes de la nueva economía serán los grandes pensadores”. Y la persona en la que nos convertiremos en cinco años dependerá de tres cosas: la gente con la que nos relacionemos, los libros que leamos y la música que escuchemos. Algo simple y sencillo que la mayoría de veces pasan desapercibidas.
La pregunta clave que debemos hacernos es: Aprendí en casa el buen hábito de la lectura?. Eran mis padres buenos lectores?. En que empleaba mi tiempo libre?. Era una pasión leer o por el contrario una carga?. Este autoanálisis sin duda me servirá de reflexión y de diagnóstico para determinar lo eficiente o deficiente lector.
La mayoría de gente se queja de no tener tiempo. Pero entre más afirman no tenerlo, más se creen esta falsa idea. Sin embargo, pasan horas frente a la televisión, en las redes sociales, en videojuegos, etc., todo tipo de distracciones en las cuales pensar no se hace tan necesario. Se quejan de que leer quita mucho tiempo.
Un consejo de Warren Bennis autor mundial de liderazgo, quien afirma que se debe aprender lectura rápida, donde se puede leer un libro en un par de horas. Woody Allen afirma: “Hice un curso de lectura veloz y pude leer La Guerra y la Paz en 20 minutos. Se trata de Rusia”. Como vemos la falta de tiempo es solo una excusa. La lectura de libros de mi especialidad tampoco cuenta. Eso hace parte del trabajo. La lectura debe ser un pasatiempo placentero, divertido.
Una de las tareas más exitosas y placenteras es ayudar a otros, servir. Se puede hacer a través de donar buenos libros, que pueden en un momento determinado influir positivamente sobre una persona para siempre. Leer buenos libros se trata de conversar directamente con las mentes más brillantes del mundo. Es abrirnos al conocimiento, la mente, la imaginación y un mundo lleno de posibilidades. Es poder soñar y pensar en grande, crear nuestros sueños. Sueños que se convierten en el combustible de nuestras vidas.
Si tuviese que recomendar los once libros que más han influido en mi vida personal y financiera la lista sería la siguiente:
-Padre rico Padre pobre, Robert Kiyosaki.
-Los secretos de la mente millonaria, T Harv Eker.
-El cuadrante del flujo del dinero, Robert Kiyosaki.
-El fabuloso mundo del dinero y la bolsa, Andre Kostolany.
-El inversor inteligente, Benjamín Graham.
-El millonario perezoso, Mark Fisher.
-Piense y hágase rico, Napoleón Hill.
-Poder sin límites, Anthony Robbins.
-El dinero y la ley de atracción, Esther y Jerry Hicks.
-El hombre más rico de Babilonia, George Clason.
-Santa Biblia.
No en vano muchos entrenadores y coach recomiendan la lectura de excelente libros, acompañados de periodos de tiempo de reflexión, de pensamiento y meditación, como herramientas necesarias, focalizadas hacia nuestro autoconocimiento.
Al adquirir libros, compremos libros originales, no copias, ni mucho menos piratas. Es una recomendación que me dio hace tiempo un buen entrenador, si yo quería tener éxito. Eso es coherencia. Algo que si lo aplicamos con disciplina, entusiasmo y principios, mejorará nuestra calidad de vida, nuestras relaciones y nuestra situación financiera.
Finalmente, para obtener los objetivos y metas en cualquier aspecto de nuestra vida necesitamos definirlos con absoluta claridad. Debe haber una imagen nítida de lo que anhelamos. No puede haber ambigüedad o duda. Ya sea que deseemos ser empleados, emprendedores, empresarios, inversionista, realizar un viaje, comprar una casa, un carro, etc.
Estos deseos deben ir ligados con el sello de la “Excelencia”. Donde cada uno nosotros demos todo lo mejor en cada rol que asumamos. Eso garantiza sin duda que el entusiasmo y la pasión por lo que hagamos, nos lleve al lograr nuestra felicidad.
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