Las tasas de interés seguirán quietas durante todo el segundo semestre de 2010

Como en el panorama nacional no se vislumbran presiones inflacionarias, es muy probable que el Emisor no las modifique.

La semana pasada, el Dane reportó que la inflación mensual de julio fue de -0,04 por ciento, significativamente por debajo de las expectativas del mercado (Corficolombiana: +0,15 por ciento, Consenso: +0,10 por ciento). En términos anuales, la inflación a julio se ubicó en 2,24 por ciento, prácticamente inalterada con respecto a la de junio.

Recientemente, Corficolombiana había puesto en evidencia un mayor riesgo de que el ciclo alcista en la tasa de interés de política monetaria se anticipara para finales de 2010 debido a los muy positivos datos de crecimiento económico.

Sin embargo, el dato de inflación de julio refuerza aún más nuestra estimación de que la tasa de interés de intervención se mantendrá inalterada en lo que queda de 2010 y aumenta la probabilidad de que la inflación se ubique por debajo de nuestra proyección actual de 3,2 por ciento.

Los alimentos fueron los principales causantes de la inflación negativa en julio debido a una caída de 0,35 por ciento en sus precios durante ese mes. Esta fue la variación mensual negativa más pronunciada desde noviembre de 2009. Aunque en términos anuales la inflación de alimentos aumentó de 1,5 en junio a 1,7 por ciento en julio, el ritmo de recuperación en la inflación anual de alimentos ha sido lento debido al moderado impacto del fenómeno de ‘El Niño’ a comienzos del año y a la reciente temporada de lluvias que también contribuyó a contrarrestar los efectos de ese fenómeno climático.

Adicionalmente, las principales medidas de inflación anual núcleo cayeron en julio con respecto a las de junio: la inflación sin alimentos (de 2,53 a 2,45 por ciento), la inflación sin alimentos ni regulados (de 2,09 a 1,97 por ciento), la inflación núcleo 20 (de 3,08 a 3,02 por ciento), y la inflación sin alimentos perecederos ni combustibles ni servicios públicos (de 2,25 a 2,23 por ciento).

Esta es la primera vez, desde abril, que esas cuatro medidas de inflación núcleo caen simultáneamente en un mes. Nuestra medida preferida de inflación núcleo, la inflación sin alimentos ni regulados, siguió cayendo y por primera vez se ubicó debajo del límite inferior del rango de inflación objetivo del Banco de la República.

El bajo nivel de la inflación anual sin alimentos ni regulados es una combinación de la revaluación del peso y de la ausencia de presiones inflacionarias de demanda en la economía. Por un lado, la fuerte revaluación en el último año y que particularmente se acentuó en julio (el peso se apreció 4 por ciento en ese mes) ha contribuido a una reducción importante en los precios de los bienes transables. La inflación anual de estos se ubicó en -0,77 por ciento en julio, la variación negativa más pronunciada desde que existe esta clasificación.

Por otro lado, a pesar de que la economía ya evidencia un proceso de reactivación desde el segundo semestre de 2009 y de que el ritmo de recuperación se ha acelerado sustancialmente en 2010, hay indicios de que la tasa actual de crecimiento económico aún está por debajo de su potencial (brecha del producto negativa), según lo evidencia la encuesta de utilización de capacidad instalada de Fedesarrollo para el segundo trimestre del año. La misma encuesta también sugiere que la brecha del producto todavía es ampliamente negativa, lo cual implica que el PIB podría seguir creciendo a tasas similares a las del primer trimestre en lo que resta del año sin generar presiones inflacionarias por el lado de la demanda.

Al excelente dato de inflación de julio se suman una serie de indicadores que consideramos que dan espacio para que el Emisor mantenga el impulso monetario actual hasta el primer trimestre del año entrante: i) la tasa de desempleo sigue siendo elevada y aún no registra una caída sostenida (aunque los cálculos de Banco ya evidencian unas bajas moderadas en la serie desestacionalizada de la tasa de desempleo), y el empleo en el sector industrial sigue registrando variaciones negativas en términos anuales; ii) la cartera de créditos del sistema financiero se está recuperando a ritmo lento, principalmente por el estancamiento en la cartera comercial cuyo crecimiento anual en términos reales es negativo; iii) el incremento de los agregados monetarios se desaceleró fuertemente desde el segundo semestre de 2009 y se estabilizó en niveles relativamente bajos en los últimos meses, especialmente para el caso del M3; iv) las expectativas de inflación de corto y largo plazo (en encuestas e implícitas en el mercado de deuda pública) están ancladas; v) los últimos datos de inversión privada fija aún muestran un rezago frente al crecimiento del PIB; vi) los costos unitarios laborales siguen desacelerándose mientras que la productividad siguió aumentando; vii) la tasa de cambio se continuó apreciando y el índice de tasa de cambio real se encuentra en uno de los niveles más bajos de los últimos 10 años; y viii) como lo mencionamos con anterioridad, la utilización de capacidad instalada sigue en niveles bajos, lo que sugiere que la brecha del producto aún es ampliamente negativa.

En conclusión, las condiciones están dadas para que la tasa de interés de política monetaria se mantenga en el mínimo nivel actual durante todo el segundo semestre de 2010 sin que genere presiones inflacionarias de demanda en el corto plazo. Igualmente, el dato de inflación de julio aumenta el riesgo de que esta en 2010 se ubique por debajo de nuestro pronóstico actual de 3,2 por ciento, por lo que se esperar al dato de agosto para confirmar si este sesgo a la baja se debería traducir en un leve ajuste en nuestra proyección.

Finalmente, las excelentes condiciones inflacionarias otorgan amplio espacio al Banco de la República para que intervenga de nuevo en el mercado cambiario sin necesidad de hacer esterilización total de las compras de divisas. 

 Fuente:

Las tasas de interés seguirán quietas durante todo el segundo semestre de 2010

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