Sus historias son fascinantes, y por lo mismo pueden atraer la atención de los hombres de negocios. No importa si es ficción o realidad. Y lo cierto es que siempre se puede extraer uno que otro consejo útil para aplicar en una organización.
Forjaron su liderazgo en ambientes delictivos o bajo la protección de una pandilla, aprendieron a negociar gracias a una empresa poca honrosa y son capaces de reinventarse. Se trata de las habilidades adquiridas por varios de los malos y rebeldes de la ficción y la realidad, quienes, dejando de lado el juicio moral, pueden dar cátedra de sus conocimientos y capacidades, dejando asombrado a cualquier MBA.
Varias lecciones de negocios se pueden obtener de la ficción: de libros, series y películas. Las historias de la mafia son las más populares, y varias de estas se han incluido en más de un ciclo de cine organizado por alguna escuela de negocios. El profesor de la ecuatoriana ESPAE William Loyola, explica que muchas veces en las B-Schools se repasan asuntos de liderazgo, negociación, estrategia y marketging, por ejemplo, mediante películas, pues “son memorables y tienen ese atractivo, además que pedagógicamente son más fáciles de recordar”.
Entre las más destacadas historias de mafiosos, se cuenta el libro y las películas de “El Padrino”; y la serie de televisión “The Sopranos”, con Tony Soprano al mando; entre otros ejemplos. La serie sobre la familia mafiosa, incluso, inspiró la publicación de algunos análisis en medios de comunicación y libros, como “La Psicología de Los Sopranos: amor, muerte, deseo y traiciónn en la familia gángster favorita de los Estados Unidos”, escrito por Glen Gabbard, profesor de psiquiatría y director de Baylor Psychiatry Clinic.
Se trata de lecturas que resultan atractivas. Para Ricardo Fabris, docente del curso Coaching de la Extensión Proyección Universitaria (EPU), de la Universidad de San Martín de Porres-USMP, “el ser humano busca satisfacer sus necesidades de todo tipo en un tiempo realmente rápido, es por ello que las lecciones sobre estos ejemplos son más atractivos por el hecho que sus resultados han sido más rápidos, y la obtención de poder es más ascendente”.
Sobre el atractivo de la mafia, el profesor de la USMP dice que es preciso aclarar en una primera instancia el concepto de mafia, que “desde sus orígenes hace referencia a los ‘hombres de honor’, dado que el crimen organizado (quien adopta este término), tiene también sus principios y viven al cumplimiento de los mismos. Un ejemplo de ello es la ley del silencio”. De estas historias, entonces, se pueden desprender aspectos interesantes de marketing, liderazgo y ganancia.
Un ejemplo es el recientemente publicado libro “Aprenda de la Mafia”, de Louis Ferrante, un ex miembro de la mafia estadounidense, quien relata en 308 páginas una serie de enseñanzas provenientes del mundo delictivo, y que a su modo de ver se pueden aplicar en la empresa. Loyola dice sobre el libro que, si bien entrega varias lecciones muchas se contradicen, y resulta que lo ideal es analizar el libro como un todo. “Esta clase de personas (mafiosos) hacen de lo rutinario algo innovador. Los empresarios vemos hasta con envidia como ellos se reinventan y logran salir”, comenta el académico de ESPAE.
Entre lo rescatable de esta clase de lecturas, Fabris menciona el marketing, en primer lugar, pues afirma que “cada grupo o familia tiende a crear el respeto por otras, eso en el lenguaje empresarial sería el market share, pero hay que indicar que los medios de comunicación ayudan mucho a este condimento picaresco que en algunos casos han elogiado la creatividad”. El liderazgo también se destaca. Lo que dice el jefe se hace, y se debe llegar al objetivo propuesto. “Para Stephen Covey sería parte de la esencia del octavo hábito, que supone escuchar nuestra propia ‘voz interna’ y enseñar a los demás a identificar la suya propia”. Se trata de convertirse en una persona indispensable. Así también recalca el tema de la ganancia, porque “las mafias se jactan de su alto nivel de ganancia con poca inversión (de la evasión de impuestos, la informalidad del actividad que realizan y que muchas de sus acciones son lavados de activos o extorciones), en comparación a las empresas que buscan profesionales que puedan hacer del negocio una organización rentable, con impacto en gastos mínimos y generaración de valor agregado a los clientes externos”.
Si bien estos son aspectos del mundo delictivo que se adaptan al universo empresarial, los expertos no pueden dejar de lado que se trata de un proceso digno de estudiar. Fabris dice que esta fase de aprendizaje es simple: “dale a un niño una herramienta para tener algo que le guste y si le da resultado agradable de manera rápida lo seguirá haciendo, lo mismo con este tipo de comportamientos. Como el impacto de las acciones que se realizan son satisfactorias, se siguen repitiendo, así el riesgo en la vida está al límite”.
Sin embargo, no sólo se trata de delincuentes que hicieron carrera en ese ambiente, sino también de personas que han sabido levantarse, y que, por cierto, no siempre han sido ejemplo de buen comportamiento. Es el caso del ahora empresario estadounidense Ryan Blair, CEO de ViSalus Sciences.En 2011 Blair publicó el libro “Nada que perder, mucho que ganar: ¿Cómo pasé de Miembro de pandilla a empresario multimillonario”, donde relata cómo salió adelante, tras un pasado de drogas, alcoholismo y pobreza.
En el libro se enumeran algunos consejos, como no dejarse engañar ni permitir que otros pasen por encima; desconfiar del resto y verificar las verdaderas intenciones; la persona más fuerte de un grupo no siempre es la más poderosa; lo poco que ayuda hablar de la carrera profesional, experiencia o mencionar los logros que aparecen en el currículo, sin dar a conocer primero la visión práctica; y dejar que el resto hable.
Loyola cree que se están juntando dos cosas: por un lado, personas del tipo innovador, que cuestionan el mundo formal y dan a conocer sus vivencias, y, por otro, que ahora los libros están entregando lecciones. Paralelamente, Fabris dice que “se está viendo la tendencia a ver de forma apasionada y aceptada los comportamientos de la mafia. Mediante la difusión de los medios de comunicación se está plasmando de manera humorística y pícara la forma agresiva de llegar al poder y de obtener las riquezas ajenas, y eso cambia mucho las percepciones de las personas”.
¿Antagonistas ejemplares?
Pero los malos no sólo provienen del mundo de la mafia. Es posible hallar perfiles bastante confrontacionales y perversos en otras series y películas, los cuales a su estilo pueden dar una que otra lección de management. Así al menos lo creen varios académicos. David R. Koepsell, quien es escritor, filósofo y abogado, publicó en 2012 el libro “Breaking Bad y Filosofía: Vida más mala mediante la química (cultura popular y filosofía)”. Y si bien el libro explora otros conflictos desatados, a raíz de la historia de su protagonista Walter White, se suma a una serie de notas y análisis sobre qué aprender de este hombre al que le diagnostican un cáncer avanzado, y pasa de ser un profesor a un asesino.
En Entrepreneur.com se han publicado artículos sobre las lecciones de “Breaking Bad”, entre las que se cuentan, cómo sacrificarse para cumplir con las principales metas; lo conveniente de hacer las cosas por sí mismo; formar alianzas para maneterse vigente; y decidir en qué negocio quiere estar, evitando que otros se interpongan en el camino. En entrevista con Businessweek, el profesor de Tufts Jeswald Salacuse, explica que el White “ es un negociador implacable, pero miope. Su estilo de negociación maximiza los beneficios, al menos por el momento, pero excita los ánimos de sus rivales.
Otra serie exitosa y donde es posible hallar varios estilos de liderazgo es “Game of Thrones”, basada en las novelas de George R.R. Martin. En la serie, Cersei Lannister y Joffrey Baratheon presentan características buenas y malas. En Administradores.com.brse ha dicho que la rubia Cersei tiene mucha confianza en sí misma, pero toma gran parte de sus decisiones pensando en el bienestar de sus hijos. Esto último no es lo ideal, pues es recomendable separar los negocios de los sentimientos. A Joffrey la individualidad le juega una mala pasada. Se trata de un liderazgo dañino en el ambiente corporativo. Pero tiene sus fortalezas: consigue resultados rápidos.
Al parecer, toda historia, por muy alejada de la realidad que parezca, permite la aparición de personajes que pueden revelar más de alguna característica positiva y, por ende, replicable, por muy malo que sea.
Fuente:
Los malos ahora dan lecciones de management