Moody’s rebajó nota crediticia de Portugal a «basura»

La agencia bajó la calificación a territorio basura, asegurando que existe un gran riesgo de que el país necesite una segunda ronda de financiamiento oficial, antes de que pueda retornar a los mercados de capitales.

Los fuertes temores de que Portugal no pueda cumplir totalmente sus metas de reducción de déficit y estabilización de deuda fijadas en su acuerdo de préstamos con la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional pesaron en la decisión de Moody’s.

No obstante, el panorama crediticio luso depende en gran parte de si los funcionarios de la zona euro necesitarán o no participación del sector privado cuando extiendan nuevos fondos a endeudados países en la región, dijo la agencia.

La agencia calificadora dijo que hay una buena posibilidad de que revise desde negativo a estable el panorama de la nota de Portugal.

Ello dependerá de si «las autoridades europeas cambian su actitud» en lidiar con los acreedores del sector privado, indicó Anthony Thomas, analista de Moody’s para Portugal.

Otro escenario positivo posible para la nota sería la «evidencia de que Portugal cumple o excede sus metas de reducción de déficit», agregó.

«Probablemente, lo más realista es que cambiemos el panorama de estable a negativo», sostuvo.

Existe una creciente probabilidad de que Portugal no pueda endeudarse a tasas sostenibles en los mercados de capitales en la segunda mitad del 2013 y por algún tiempo después de eso, indicó Moody’s.

Portugal enfrenta enormes desafíos en reducir su gasto, disminuir la evasión tributaria, lograr crecimiento económico y apoyar al sistema bancario, indicó la agencia.

Moody’s recortó la calificación crediticia de Portugal en cuatro escalones a «Ba2». Es la primera de las tres mayores agencias calificadoras en poner la nota de la deuda lusa en categoría basura.

Standard & Poor’s y Fitch Ratings tienen a Portugal en «BBB-«, el último escaño del grado de inversión.

El nuevo Gobierno de centro derecha de Portugal dijo en un comunicado que Moody’s no tomó en cuenta el fuerte apoyo político para las medidas de austeridad tras las elecciones del 5 de junio, además de un impuesto extraordinario anunciado la semana pasada.

A diferencia del anterior Gobierno socialista de minoría, la nueva coalición gobernante posee una amplia mayoría en el Parlamento y reconoció que la reducción de la calificación «muestra la vulnerabilidad de la economía del país en medio de una crisis de deuda».

También reafirmó su compromiso con profundizar y acelerar las medidas de austeridad que el país prometió implementar bajo su programa de rescate de 78.000 millones de euros, diciendo que un ajuste macroeconómico era «la única forma de revertir el curso y restablecer la confianza» en Portugal.

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