Muchas perdieron su trabajo luego de la crisis financiera, o sus maridos perdieron sus ingresos, o ellas perdieron a sus maridos. Pero en lugar de buscar otro empleo lanzaron sus propios negocios.
Liz DiMarco Weinmann estaba sentada en su oficina la mañana del 11 de septiembre de 2001 cuando dos aviones se estrellaron contra las Torres Gemelas. Como a muchos de sus compatriotas, esa experiencia le cambió la vida.
«Miré por la ventana y vi los edificios caer, y decidí que había vendido suficientes jabones y cereales», recuerda.
DiMarco Weinmann dejó entonces su trabajo como consultora de marketing de una corporación, que le garantizaba un salario de seis cifras, y pasó dos años buscando algo que tuviera un poco más de significado.
Intentó con organizaciones sin fines de lucro y también en grupos de presión en Washington pero nada parecía funcionar.
En 2007, a la edad de 55 años, entendió que debía volver a las aulas y aprender cómo empezar su propio negocio. Entonces se anotó en el Colegio Stern de Negocios, de la Universidad de Nueva York, en una maestría de administración de negocios.
«Claro que no es la edad en la que la mayoría de personas deciden hacerlo, pero lo curioso es que no era la única persona (en el aula) mayor de 40 años».
Un bis
Según un estudio de la Fundación Kauffman, una organización que respalda las nuevas iniciativas empresariales o start-up, existe un número creciente de personas como DiMarco Weinmann en Estados Unidos, individuos que comienzan su propio negocio a una edad avanzada y son conocidos como «emprendedores bis».
La fundación reveló que el 23,4% de todos los negocios que comenzaron en 2012 fueron lanzados por personas de entre 55 y 64 años, a diferencia del 14,3% de estos negocios en 1996.
Otros sondeos sugieren que entre los «empresarios bis», las mujeres tienen un papel más relevante que los hombres.
Según un documento del Colegio Babson, institución de negocios cercana a Boston, 10% de las mujeres estadounidenses de entre 55 y 64 años han tomado pasos para comenzar su propio negocio, en comparación con un 7,5% de hombres.
Una población estadounidense cada vez más envejecida es una de las razones detrás de esta tendencia de adultos mayores emprendedores: para 2030, al menos el 18% de la sociedad de ese país tendrá más de 65 años.
Pero la crisis financiera de hace cinco años también tuvo su impacto, debido a que la gente se quedó sin trabajo.
«Conozco tanta gente recién entrados en los 50 que fueron despedidos, lo que es todo un shock», dice DiMarco Weinmann, quien ha escrito un libro sobre su propia experiencia llamado «Atrévete desde ahora».
Ella incluso tiene su propia consultora que ayuda a mujeres mayores de 40 a desarrollar sus carreras.
DiMarco Weinmann dice que en la actualidad no existe un trabajo para toda la vida.
«Uno debería hacer un plan B desde los 30 años, saber qué quiere hacer cuando sea mayor».
Franja decisiva
Carol Doyel tiene 54 años y fue una exitosa agente de bienes raíces por muchos años hasta la explosión de la burbuja inmobiliaria en 2008. En ese momento se encontró en la necesidad de explorar nuevas alternativas.
«Soy una emprendedora de corazón y parecía un buen momento para comenzar mi propio negocio».
Sorpresivamente, decidió lanzar una revista en internet, en momentos en que muchas publicaciones impresas salían de circulación y otras peleaban por hacer dinero en plataformas digitales.
Pero ella orientó su revista a una audiencia que conocía muy bien y que es muy buscada por anunciantes: mujeres mayores de 50.
«Es una franja demográfica muy deseada, mujeres mayores de 50 años controlan cerca de tres cuartos de la riqueza en este país, quizás no son dueñas de ella pero toman las decisiones y administran esos recursos».
Doyel añadió que, como consumidoras, las mujeres de esta franja toman decisiones de compra en casi todas las categorías, desde papel higiénico hasta Cadillacs.
Su sitio de internet, llamado LivingBetter50, está dirigido a una amplia audiencia e incluye artículos que van desde cómo cortar una fruta hasta estrategias para dar una entrevista exitosa en los medios.
Su creadora dice que las lectoras son mujeres que comienzan con su «segundo acto» debido a que quieren algo diferente o por la debilidad de la economía.
«Sus maridos han visto una reducción en sus ingresos y muchas veces eso implica que las mujeres tengan que dar un paso al frente. Algunas de ellas se vuelven el principal sustento del hogar. Y hay muchas mujeres que han perdido a sus parejas (por muerte o divorcio) y tienen que salir a ganarse la vida».
Mejor que buscar trabajo
La gente mayor suele enfrentarse a un duro panorama cuando solicita un trabajo, dice Anne Bahr Thompson, jefa ejecutiva de Onesixtyfourth, una consultora que ella comenzó a mediados de sus 40.
«Todos los días vemos a alguien de esta edad que cree que le darán el trabajo debido a su rango o experiencia, pero los empleadores solo contratan gente en sus 30 o menores porque son más baratos».
Por eso, ella cree que para este grupo es más atractivo comenzar un negocio propio que buscar empleo.
«Es fácil sentirse vulnerable pero hay que recordar todas las veces que a uno le ha ido bien, escribir la lista de nuestros éxitos y concentrarse en cómo nos sentíamos en aquella época que sabíamos que estábamos en nuestro mejor momento».
Liz DiMarco Weinmann lo dice de una manera más directa: «Supera el hecho de que las corporaciones del país te han botado, le pasó a muchas personas».
Fuente:
Mujeres mayores de 50 años, las nuevas empresarias