Si expresiones como “se parece tanto a su mamá (o a su papá)” o “usted es tan Rodríguez (o cualquier otro apellido) cuando hace compras” son comunes cuando se trata de sus hábitos financieros, puede que haya cierta razón en que la genética afecte sus comportamientos de dinero.
Si bien desde niños aprendemos la personalidad puede llegar a ser impactada por lo que se vea y se aprenda de los adultos con quienes más compartimos tiempo, lo que puede hacer que se imiten malas prácticas financieras, también existe un componente “natural” que hace que sea quienes somos, en cuanto al dinero.
O bueno, por lo menos eso es lo que señala un estudio de Chase Blueprint®, denominado: “¿Nacido para gastar? Cómo naturaleza y la crianza impactan los hábitos de gasto y endeudamiento”, en el que se analiza cuáles pueden ser esos factores que impulsan el comportamiento financiero y por qué a veces la educación financiera puede no ser tan efectiva como se quisiera.
Por un lado, cuando se trata del tema genético, esto está más que todo relacionado con la capacidad que tiene la persona de autocontrol. Mientras que para unas personas hacerlo es más sencillo, a otras puede llegar a costarles mucho más. Entonces, durante el estudio se hizo un experimento y se analizó cómo funcionaba el cerebro cuando se le ofrecían alternativas a las personas, lo que hacía que se “encendieran” unas zonas u otras. Es allí donde el gen COMT (catecol-O-metiltransferasa) entra en juego.
El estudio señala “una variante particular de este gen aumenta significativamente la disponibilidad de dopamina en la corteza prefrontal del cerebro” y, como sabemos, la dopamina es aquello que ‘causa placer’ o satisfacción. Importa en la toma de decisiones financieras, al igual que la capacidad atlética y los rasgos físicos también importan. Las personas con esta variante genética particular, parecen tomar mejores decisiones financieras, debido a que la misma variante genética también se asocia con un mejor aprendizaje, es plausible que las personas con esta variante genética han aprendido a ser más cultura financiera que otros, y para tomar mejores decisiones financieras”, continúa el estudio.
Pero para no aburrirlo con más temas, puede que allí encuentre un poco la razón de por qué le va bien o mal manejando el dinero. Aunque tocaría hacer un examen profundo para saber si cuenta o no con la modificación de este gen, puede llegar a entender que si quizás si sus padres o abuelos tienen buenos hábitos financieros, usted también puede haberlos heredado, por este mismo gen.
Eso no es lo único…
Pero dentro del mismo estudio también se establece que, a la par con este gen, la misma educación financiera también puede llegar a tener un papel importante a lo largo de su vida, para que su cerebro se eduque o no en gastar dinero, lo cual se da también durante la crianza.
Pero no se preocupe, si su caso es en el que no tuvo una buena enseñanza y puede que este gen le haya faltado, hay algunas estrategias que recomienda LearnVest, con el fin de que poco a poco pueda enseñarle a su cerebro a eliminar esos malos hábitos de gasto:
- Adopte un nuevo mantra: todo depende del chip que usted quiera encender. Esto es basado en un término científico denominado “heurística”, que son reglas que usted mismo se impone para hacer más fácil la toma de decisiones. Algunos típicos pueden ser como “nunca me voy a meter con una persona casada” o “no voy en contra de mi ética profesional”. Así que es la hora de implementar lo mismo, pero a nivel financiero.
Por ejemplo “el ahorro del 5% de mi salario viene antes de pagar cuentas” o “no voy a comer más en restaurantes donde el plato cueste más de $20.000”. Eso dependerá de su estilo de vida.
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Sesgo del status quo: deje de hacer lo que ya viene haciendo y como todo el mundo lo hace. Empiece a establecer sus pautas propias de ahorro. Una estrategia básica de ello es que, apenas consignen su sueldo, envíe un porcentaje inmediato a su ahorro, con lo que evita la tentación de que ahorre después de gastar en todo lo que tiene que gastar. Esto promueve el autocontrol.
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Adhiérase a un plan: cuando usted tiene un rumbo fijo, las cosas son más sencillas. Ya sea porque tiene una deuda o porque quiere viajar fuera del país, cuando usted establece un objetivo para las cosas, todo le resultará mucho más fácil.
Fuente:
http://www.finanzaspersonales.com.co