Pitufeo y testaferrato rondan inversiones en la bolsa colombiana

La infiltración de dineros ilícitos en compañías de diversos sectores de la economía colombiana sigue causando un dolor de cabeza al que las entidades de control y vigilancia no le encuentran un efectivo analgésico.

La preocupación es mayor en la actualidad, pues los dueños de esos recursos mal habidos están aprovechando las fisuras en la legislación y el mercado de capitales aparece como una nueva alternativa para el lavado de activos.

Las alarmas se dispararon la semana pasada luego de una serie de millonarias incautaciones de dólares y euros en Bogotá, que según las autoridades provenían del narcotráfico, y que desencadenaron en un lío que llegó hasta el fútbol colombiano, pues se determinó que existían vínculos directos con las cuentas del club Independiente Santa Fe.

Tras este hecho, una providencia de la Fiscalía General señaló que el narcotráfico no solo continúa usando ese tipo de sociedades deportivas, tal como ha venido sucediendo hace casi 25 años en el país, sino que está aprovechando el `boom` del mercado de capitales para que sus testaferros ingresen dineros al ejercicio bursátil, mediante la compra de acciones de las empresas más rentables.

Lo grave es que a pesar de que la Superintendencia Financiera ha desarrollado el Sistema de Administración de Riesgo para la Prevención del Lavado de Activos y Financiación del Terrorismo (Sarlaft), los protagonistas del delito encuentran la manera de burlar esos filtros y pasan como pequeños inversionistas que con bajas sumas de dinero logran pasar desapercibidos en este mercado.

La modalidad, conocida entre los actores del mercado bursátil como `pitufeo`, consiste en fraccionar las transacciones que se realizan a nombre de uno o varios `inversionistas`, transando montos que no generen sospechas en los entes de control.

Así, los lavadores de dinero tienen acceso a compañías listadas en bolsa, las cuales son filtradas mediante repetidas operaciones ilegales, pero aún desapercibidas.

Según Gerardo Hernández, superintendente Financiero, el Sarlaft prevé que las entidades vigiladas reporten a la Uiaf todas las operaciones que se hagan en efectivo por montos superiores a 10 millones de pesos o aquellas que por montos inferiores, sumen en el mes 50 millones de pesos. «Tratándose de inversiones en títulos del mercado de capitales, el emisor o aquella entidad vigilada que está encargada de la colocación debe igualmente hacer la consolidación de todos los inversionistas para identificar quién o quienes están fraccionando a través de los diferentes intermediarios», explicó el funcionario.

A su vez, César Prado, ex superintendente Financiero, aceptó que el mercado de capitales no es inmune, y que el `pitufeo` es un delito difícil de detectar.

«Mientras el `pitufeo` crece, el testaferrato no desaparece y se presentan situaciones en las que uno no puede advertir nada raro si se están usando terceros que pueden acreditar que el monto de inversión está conforme con su actividad económica y su patrimonio», afirmó Prado.

Más control a los intermediarios
La responsabilidad de evitar esta modalidad de lavado de activos es atribuida a los intermediarios del mercado bursátil, que en conclusión son los encargados de realizar las operaciones que sus clientes ordenan.

Es precisamente este eslabón el que de acuerdo con los expertos, debe ser más fuerte para evitar que los lavadores de activos puedan ingresar al mercado de capitales.

«La entidad que frecuentemente está canalizando recursos de un mismo ordenante o hacia un mismo beneficiario debe tener un conocimiento profundo de quien provee o a hacia quien se dirigen los recursos», señala un concepto de la Superfinanciera.

Respecto a la vulnerabilidad que puedan tener las firmas comisionistas de bolsa frente al lavado de activos, el presidente de Asobolsa, Emilio Archila, aseguró que «el nivel de protección que tienen las firmas comisionistas es más alto que el de sus pares en la Región, además, los niveles de protección de las casas de bolsa están por encima de los exigidos inclusive de los bancos».

Adicionalmente el directivo señaló la necesidad de que los diferentes actores del mercado cumplan con su tarea en materia de autorregulación y vigilacia. «Lo que no resulta a mi modo de ver lógico es que se trate de señalar las comisionistas de bolsa como si fueran el único eslabón a cuidar dentro de esta cadena», puntualizó.

Cabe resaltar que en una operación en bolsa participan los clientes, las firmas comisionistas, y las entidades del sector financiero que se encargan de efectuar los pagos o recibir dinero producto de las operaciones. De acuerdo con la normatividad, los proveedores de tecnología para el mercado, no están obligados a adoptar mecanismos para evitar el lavado de activos, no obstante, la BVC cuenta con un esquema de autorregulación.

Es decir, la principal herramienta a la hora de prevenir el lavado de activos debe ser el conocimiento del cliente.

Modelo de normatividad
Uno de los puntos en los que coinciden los expertos es que la normatividad aplicada en el país para evitar el lavado de activos está a la vanguardia en la Región. Así lo ha reconocido la Oficina de Control de Activo Extranjero de los Estados Unidos, cuyo director, Adam Szubin, ha señalado que Colombia es vista «como un modelo, lo que han hecho entidades como la Superintendencia Financiera para emitir regulaciones y de igual forma el sector privado, que están tratando de prevenir el lavado de activos». Al respecto las autoridades locales y los analistas han señalado que los estándares regulatorios establecidos en el país están en línea con los estándares internacionales.

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