Productividad, la clave para Paz del Río

Esta siderúrgica alcanzó estándares de productividad y eficiencia que le permitieron revertir los resultados negativos del primer semestre del año pasado y mejorar su posicionamiento mundial.

A junio de 2009, las cifras de la siderúrgica Paz del Río eran dramáticas: ingresos cercanos a los $266.000 millones, y registró pérdidas por $57.000 millones. Sin embargo, solo un año después, logró darle un vuelco a los resultados y poner sus números en negro.

Para los primeros seis meses de este año, con ingresos por $288.000 millones, obtuvo utilidades cercanas a los $500 millones. Si bien el entorno de mercado repuntó, la transformación tiene nombre propio: productividad.

«Con la misma infraestructura, algunas inversiones puntuales, un mayor entrenamiento de la fuerza laboral, mejoras en los procesos y modernización de equipos logramos aumentar en 40% la productividad», explica Gilson Danhoni Moraes, vicepresidente ejecutivo de Paz del Río.

Dentro de la estructura de costos de la producción siderúrgica en el mundo, hace un poco más de un año, Paz del Río estaba en los niveles más bajos de eficiencia. Tras las mejoras en sus procesos, costos y eficiencias, hoy está dentro del 30% de las compañías en el mundo que tienen la más alta eficiencia. «La meta, al finalizar este año o a comienzos del próximo, es estar dentro del 25% de las compañías más productivas. La única posibilidad de tener visión de futuro es ser altamente competitivo», dice Luis Guillermo Parra, su presidente.

Con este panorama, el futuro de Paz del Río se abre; pues, con una planta más moderna, puede capitalizar la recuperación del mercado y convertirse en una opción eficiente, incluso, para exportar sus productos.

El escenario

2009 fue un año negro para las finanzas de las empresas del sector siderúrgico. Se enfrentaron a una contracción del mercado por la crisis financiera internacional que repercutió en Colombia, y sectores como la construcción y la infraestructura frenaron su dinamismo, acompañados por una caída en los precios internacionales que se ubicaron en US$400 por tonelada, cuando un año antes superaban los US$620. Pero para este año la tendencia se está revirtiendo.

Por una parte, hay una reactivación de la economía. «El comportamiento del acero está muy relacionado con el del Producto Interno Bruto (PIB). En aceros largos, por ejemplo, la producción creció 14% en el primer semestre de este año», dice Juan Manuel Lesmes, director de la Cámara de Fedemetal de la Andi.

Por otra parte, los precios vienen al alza. En marzo de este año superaron US$500 por tonelada, a mayo alcanzó un tope de US$653 y para agosto está en US$621, donde se espera que se estabilice.

Además, como menciona Lesmes, las compañías buscan diferenciación de producto y entregar productos con mayor valor agregado, en la figuración y en perfilería.

Incluso, a pesar de la crisis, el sector siderúrgico en el país ha adquirido una nueva dinámica. A la mayor productividad de Paz del Río se suman los planes de modernización en Sidenal y Siduboyacá; Diaco -del grupo brasileño Gerdau- tiene una nueva planta en Tocancipá (Cundinamarca); y la más reciente movida fue la compra, en dos etapas, de Ferrasa por parte del grupo Ternium. Uno de sus objetivos es modernizar Acerías de Caldas (Acasa), uno de los activos más importantes de Ferrasa.

La estrategia

Según Gilson Danhoni Moraes, de Paz del Río, la oportunidad en Colombia es gigantesca. «El consumo per cápita de acero en Colombia está entre 60 y 70 kilogramos; mientras en países como Brasil y México se ubica en cerca de 150 kilogramos. Las obras de infraestructura, así como el crecimiento en las viviendas las vemos como una oportunidad», dice.

Lo que ha hecho Paz del Río desde 2007, cuando la brasileña Votorantim adquirió la mayoría accionaria de la compañía (hoy alcanza el 72,6% de ella), es adelantar una modernización tecnológica que va de la mano con la experiencia de la compañía brasileña, y hacer ‘más con lo mismo’. Así, espera llegar a final del año a una producción superior a las 450.000 toneladas, cuando hace unos meses estaba en 300.000 toneladas.

El crecimiento de la compañía tendrá varios caminos. Uno está relacionado con la materia prima que requiere para su operación. Paz del Río es la única siderúrgica integrada del país, que utiliza mineral de hierro, carbón y caliza para su operación, a diferencia de las semi-integradas que se basan en la chatarra.

En la actualidad está desarrollando la mina de mineral de hierro, ubicada en Ubalá, Cundinamarca. Cuando Paz del Río la adquirió, se estimaban reservas de ocho millones de toneladas. «Con el trabajo de prospección y desarrollo que hemos hecho, tenemos expectativas por 80 millones de toneladas en ese sitio. En este tema, el país ha explorado muy poco, porque nosostros éramos los únicos usuarios y trabajábamos con niveles de ineficiencia muy altos, pero las cosas están cambiando», dice Parra.

El reto de la compañía para aprovechar este recurso es desarrollar inversiones en infraestructura, en relaciones con la comunidad y en acuerdos con los municipios.

El segundo camino es el de las exportaciones. Aunque el mercado interno es su principal objetivo, la compañía analiza oportunidades de exportación. Según Danhoni Moraes, ya se han exportado volúmenes pequeños hacia Venezuela, Ecuador y Perú. «Al tener Votorantim operaciones en Brasil y Argentina, hay una posibilidad de colocar productos desde Colombia en esos países», agrega.

Y el tercer camino es vía adquisiciones o alianzas. Después de la compra de Ferrasa, y viendo la recuperación del mercado, es posible que se reactive el interés en las fusiones y adquisiciones en el sector, donde Paz del Río participó en el pasado en un proceso de compra por la comercializadora y productora G y J. «Siempre estamos mirando posibilidades y alternativas en el mercado, incluso bajo el modelo de alianzas, por ejemplo, con distribuidores», puntualiza Danhoni Moraes.

Luego de poner la casa en orden y alcanzar altos estándares de productividad, Paz del Río arranca una nueva etapa que le puede permitir consolidarse como uno de los productores de hierro y acero más importantes de la región. La tarea ya empezó.

Fuente:

Productividad, la clave para Paz del Río

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