El problema: todas las noches, su jefe adicto al trabajo sigue pegado a su computadora cuando usted necesita irse. ¿Cómo puede irse a casa sin parecer un holgazán?
Muchos empleados dedicados tienen jefes incluso más dedicados que trabajan hasta horas avanzadas de la noche. Los asesores de carrera y empleados que han pasado por esta situación afirman que la primera prioridad debería ser transmitir que sigue trabajando duro, y sigue siendo bueno en su trabajo. Eso requiere comunicar clara y frecuentemente sobre su progreso y resultados. Lo ideal es determinar lo que el jefe realmente necesita y cumplir con eso constantemente para que el horario deje de ser problema.
Muchos empleados dan por hecho que los gerentes valoran a la gente por trabajar día y noche, y las tendencias de la oficina respaldan este pensamiento: dos tercios de los trabajadores están invirtiendo mucho más horas en el trabajo que hace cinco años, según una encuesta entre 325 empleados realizada a fines de 2013 por Right Management, una empresa de gestión de talento y carrera.
Pero antes de inquietarse demasiado por las horas de trabajo, revise sus suposiciones sobre lo que quiere su jefe, señala Cali Williams Yost, presidente ejecutiva de Flex + Strategy Group, una firma de consultoría y capacitación en Nueva Jersey. Los gerentes trabajan muchas horas por varios motivos: puede ser un hábito o preferencia personal, o quizás simplemente no quieran irse a casa. «La gente hace demasiadas suposiciones sobre las expectativas de los gerentes que simplemente son equivocadas», expresa Yost.
Cuando los gerentes se fijan en los horarios de trabajo de los empleados, normalmente buscan garantizar otros asuntos: que sus subordinados estén cumpliendo con tareas a tiempo; que pueden ser localizados cuando los necesiten, y que no están creando trabajo extra para sus colegas, señala Yost.
El jefe de Rich Gee en un trabajo anterior lo criticó por salir de la oficina a las 5 p.m., dice Gee, un asesor de ejecutivos en Connecticut. Su gerente reconoció que Gee estaba cumpliendo con sus tareas a tiempo y haciendo un buen trabajo; llegaba a la oficina a las 6:30 a.m., dos horas antes que sus colegas. Sin embargo, al jefe lo ponía nervioso la posibilidad de que Gee no estuviera disponible cuando lo necesitara. Gee indicó que podía ser localizado a cualquier momento del día en su celular, e resaltó que siempre respondía rápidamente a pedidos de emergencia.
Siguió yéndose de la oficina a las 5 p.m., pero actualizaba a su jefe a menudo sobre sus avances y resultados, y se reportaba todas las tardes antes de irse. Con el tiempo, dice, su jefe «vio que no eran las horas lo que importaba, sino la intensidad con que trabajaba».
Una clave para la solución de Gee: una comunicación fluida. Los empleados deberían sentarse con sus jefes y pedirles que definan los objetivos de su trabajo y el cronograma para lograrlos, apunta Pat Katepoo, dueña de WorkOptions, una consultora con sede en Hawaii. Después «busque los momentos naturales para comunicarse sobre su progreso, cuando tenga una reunión de grupo o cuando esté pasando cerca o redactando un email», anota Katepoo.
Hay muchas formas de presentar una imagen de laboriosidad. Si un gerente habla sobre un proyecto de forma intensa y concentrada, responda con una intensidad similar, reconociendo su importancia y repitiendo la fecha de entrega, dice Anne Brown, una ejecutiva de publicidad que ha escrito sobre cómo los empleados jóvenes pueden lidiar con jefes adictos al trabajos en su libro «Grad to Great». Administre bien el tiempo en reuniones privadas con el jefe, avanzando rápidamente en la agenda, agrega Brown. Y claro, esté listo para trabajar hasta tarde durante una crisis o una temporada ajetreada, o cuando se avecina la fecha de entrega de un proyecto importante.
En algunas profesiones, trabajar muchas horas es inevitable. Ciertas empresas generan una competencia intensa y horarios prolongados para empleados recién contratados, dice Julie Cohen, un asesor de carrera en Filadelfia. Otros tienen normas culturales no escritas, como: «Nadie se va de la oficina antes que el jefe», dice. Es conveniente demostrar su dedicación al trabajo por al menos seis meses y consultar a un mentor antes de buscar un horario más corto, indica Cohen.
Para sacarle el máximo provecho a una negociación sobre horario, dice el asesor de ejecutivos Michael Melcher, piense antes en las necesidades del jefe, y traiga datos específicos que documenten su desempeño. Comience con un tono positivo, hablando sobre lo que va bien. Pregunte qué es lo que el jefe espera de sus empleados en cuanto a horas de trabajo y responder emails. Para proponer soluciones, Melcher recomienda la técnica «sí…y»: reafirme el punto de vista del jefe, y después exprese el suyo. Por ejemplo: «Sí, quiero que pueda confiar en mí fuera del horario de trabajo. Y, ya que tengo gemelos pequeños, es importante para mí estar en casa entre las 5:30 p.m. y las 8 p.m., y pasar tiempo con mi familia. Podría responderle entre las 9 p.m. y las 11 p.m. ¿Qué le parece?».
Estas conversaciones pueden abrir el diálogo, o chocar contra un muro. Cuando la gerente de proyectos Ashanti Stanford planteó la situación ante un jefe en un trabajo anterior, su jefa se molestó y suspiró. «La expectativa era: ‘Tengo que trabajar estas horas, ¿por qué te estás quejando?'», dice Stanford. Desde entonces, se cambió a un trabajo con mejor horario.
Fuente: Qué hacer cuando su jefe trabaja demasiadas horas http://online.wsj.com/