Así lo muestra un estudio que concluye que el programa de educación económica y financiera (EEF) incrementa el nivel de conocimientos económicos y financieros de los estudiantes, pero no sus habilidades para poner en práctica lo aprendido.
Así mismo, el documento señala que no se encuentra ningún impacto sobre los comportamientos a corto plazo, “pero es probable que esto obedezca a que el cambio en la conducta sólo se puede observar una vez estos jóvenes ingresen al mercado laboral”.
De esta manera, el análisis concluye que “es necesario hacer ajustes al programa para potenciar su impacto en habilidades, actitudes y capacidades, que de acuerdo con la teoría, sí deberían cambiar en el corto plazo”.
En la investigación se empleó la metodología del propensity score matching para estimar el impacto a corto plazo de un programa de educación económica y financiera (EEF) sobre los conocimientos, habilidades, actitudes, capacidades y comportamientos económicos de 1.518 estudiantes de secundaria.
Toma de Decisiones
Según el documento, el interés en educar en economía y finanzas parte de la idea de que promueven en la población las competencias necesarias para la toma de decisiones informadas.
“El desconocimiento e inexperiencia financiera de los ciudadanos conlleva a la toma de decisiones inapropiadas, al uso de prácticas financieras inadecuadas y a su incapacidad para defender sus derechos como consumidores financieros, lo que en últimas genera costos elevados y pérdida de bienestar para la población”, indica el informe.
Agrega que estos problemas se profundizan aún más en el contexto actual donde los servicios financieros crecen en número y complejidad, existe poca información y hay restricciones al acceso.
En Colombia sólo desde finales de la década de los noventa se empezaron a realizar los
primeros avances sobre EEF dirigidos a un público no especializado.
Sin embargo, el tema ha cobrado mayor relevancia en el país a partir de la Reforma Financiera de 2009 (Ley 1328) que establece en varios de sus artículos que las instituciones vigiladas del sector financiero deben promover una adecuada educación e información financiera de los consumidores.