Karina ha sido así toda su vida. Cuando hizo su examen para la Universidad, aseguraba que no se iba a quedar, decía que había mucha competencia y que seguramente miles eran mejor que ella. Cuando entró a su primer trabajo, pensó que la despedirían por no contar con los estándares de la empresa. Hoy es una mujer exitosa, sin embargo, asegura que su negatividad la ha llevado a donde está.
¿Cómo es que mantener una perspectiva pesimista sobre lo que puede pasar ayudaría a que ocurran cosas positivas? De acuerdo con Julie K. Norem, en su libro “El poder positivo del pensamiento negativo”, asegura que el ser negativo no es tan malo como parece. A través de un estudio aplicado a gente catalogada como negativa, identificó que la gente pesimista desanimada puede tener un mayor rendimiento de aquellos negativos a los que se les obliga a ser positivos.
A grandes rasgos, la autora asegura que la negatividad de las personas no sólo puede ayudarlos a enfrentar mejor una situación de desgracia, sino que tienden a enfrentar la situación de una forma más realista que aquellos que suelen ser positivos y felices. Entonces, ¿conviene más ver el vaso –medio-vacío?
Alejandro Andrade, consultor y fundador de Felicidad en Acción, asegura que hasta los adversarios de lo positivo tienden a verlo con buena cara. “La psicología positiva y los estudios de la felicidad son relativamente jóvenes, con 25 años de historia, la interrogante sobre si ser positivo y feliz puede ser la mejor opción, ha surgido. Sin embargo, hasta aquellos que deciden cuestionar lo positivo, tienden a serlo al tratar de encontrar lo positivo de la negatividad”.
No sólo Korem se ha encargado de estudiar aquellos beneficios que puede traer el se negativo, otros científicos han asegurado que el pesimismo funcional puede ayudar a los profesionistas a alcanzar sus objetivos a través del control de la ansiedad, pues aseguran que aquél que tiende a ser mayormente negativo, puede tener un mayor control de la situación, en lugar de aquellos positivos que se preocupan por no llegar al objetivo previsto.
Claves del vaso medio vacío
Los adversarios del pensamiento positivo aseguran que, bajo estas circunstancias, ser negativo puede ser benéfico:
1. Evita el dolor al fracaso. Puede ser la deducción más obvia, el negativo piensa lo peor de las circunstancias, por lo tanto, cuando el resultado llega a ser positivo, la satisfacción es mucho mayor que la de aquél que mantuvo pensamientos positivos. Por otra parte, si los resultados fueron negativos, el impacto es menor, pues se mantuvo este pensamiento durante todo el desarrollo del proyecto.
2. Son más realistas. Andrade asegura que esto ser refiere a una sintonía con el mundo. Si bien es cierto que la inestabilidad económica, los altos índices de pobreza, la falta de oportunidades de desarrollo y la escasez de empleo pueden ser algunos factores que alimenten estos pensamientos negativos, también es cierto que estas personas tienen a buscar aceptación, bien dicen: “piensa mal y acertarás”.
Sin embargo, el especialista en temas sobre felicidad asegura que ser negativo puede traer muy malas repercusiones, no sólo a nivel mental, sino de manera fisiológica.
“El cuerpo no está diseñado, ni física ni fisiológicamente a ser negativos. Cuando nuestro cerebro detecta esta actitud segrega, en las suprarrenales, las hormonas cortisol y glutamato, que se encargan de causar un sentido de malestar y enojo”, comenta Andrade.
Por su parte, aquellas personas que suelen ser positivas o a mantener pensamientos alegres, segregan hormonas que funcionan como lubricantes de los neurotransmisores cerebrales, desencadenando en estados de satisfacción y alegría.
Los malos hábitos de las personas negativas
Enfermedades y depresión. Las personas negativas tienden a enfermarse más seguido y a desarrollar enfermedades y afecciones mentales. También suelen ser propensas a la depresión y al estrés.
Las víctimas. Estas personas tienen a desarrollar un papel de víctima bajo cualquier circunstancia, “suelen quejarse de cualquier situación y culpan a los demás por su mala suerte, estas personas no encuentran soluciones y se alejan en lugar de enfrentar la situación”.
Son ajenas al cambio. Según el principio de exclusión, aquella persona que suele ser negativa no puede presentar pensamientos positivos al mismo tiempo, ante ello, estas personas se bloquean ante oportunidades de desarrollo o crecimiento, tienden a ser malas para enfrentar el cambio.
Técnicas para olvidarte de la negatividad y ser feliz
Andrade asegura que las personas pueden llegar a ser felices si practican lo siguiente:
Control y responsabilidad. Cuando encuentras estos dos factores en tu vida rutinaria, la felicidad es más sencillo presenciarla.
Ser agradecido. El reconocimiento de las cosas puede ayudarte a encontrar la satisfacción de bienestar, desembocando en felicidad.
Las que ejecutan. No sólo se trata de creer, pensar y soñar. Aquellas personas que dejan de intentarlo para lograrlo son personas mucho más plenas.
Ejercicio físico. El ejercitarte te ayuda a liberar tensiones y a sentirte satisfecho.
Generosidad. “Estas personas suelen tener una mayor predisposición a ser plenas y con mucha felicidad”.
Poseer un propósito. No sólo hablamos de levantarte y trabajar, sino de crecimiento personal.
Relaciones sanas. Es de suma importancia llevarte bien con el prójimo, esto crea un sentido de satisfacción y tranquilidad, ayudando a llegar a estados de bienestar y felicidad.
Abiertas al aprendizaje. Si eres una persona testaruda y controladora, seguramente te será más difícil ser feliz. Debes abrirte a nuevas experiencias y aprender de ellas.
Fuente:
Ser negativo… ¿podría ser positivo?