Entre más computarizado es un carro, mayor es la posibilidad de que sea controlado por alguien que no sea el conductor. BBC Mundo le explica que partes del vehículo pueden caer en manos ajenas.
Algunos automóviles de la última generación se pueden prender y apagar desde su teléfono inteligente. Hay otros que pueden parquear por sí solos o frenar cuando el conductor está distraído, o hablar con otros carros para entenderse mejor y prevenir accidentes.
Hasta ahí, todo muy innovador. Pero nada es perfecto: con la creciente dependencia de dispositivos electrónicos, los autos son cada vez más vulnerables a ser intervenidos por un hacker.
Sigue siendo cuestión de expertos y altamente costoso. Pero, entre más computarizados son los coches, más expuestos están a que alguien con una computadora en alguna parte cambie su rumbo, para bien o para mal.
¿De qué maneras se puede hackear un carro?
Las llaves
Las llaves de los automóviles son uno de los objetos que, con el tiempo, han dejado de ser fragmentos de metal con incrustaciones especiales para convertirse en chips electrónicos con códigos que, en efecto, pueden ser descifrados por ingenieros o matemáticos.
La semana pasada, un tribunal le impuso una medida cautelar a un artículo de un profesor de la Universidad de Birmingham, Reino Unido, sobre el algoritmo que gestiona los códigos que las llaves les envían a los carros de lujo.
Esto debido a que, según el fabricante alemán Volkswagen, el artículo revelaba los códigos secretos que usan carros de esa y otras marcas –como Porsche, Audi y Lamborghini- para arrancar el motor.
El procedimiento que analizaron los profesores se llama chip slicing y consiste en desmantelar dicho objeto electrónico, analizarlo con un microscopio e interferir el algoritmo que hay en sus pequeños transistores.
El proceso cuesta más de US$50.000. Un auto de estos vale unos US$250.000.
El motor
Dos expertos en Estados Unidos, apoyados por el centro de investigación Darpa, del Pentágono, demostraron recientemente cómo se puede tomar el control de dos modelos de automóviles de famosas marcas mientras otra persona los está manejando.
El proyecto de Charlie Miller y Chris Valasek también atrajo muchas críticas por la posibilidad de que se convierta en un «instrumento para maleantes».
Los investigadores utilizaron cables para conectar sus dispositivos a las unidades de control electrónico de los vehículos (conocidos en inglés como ECUs) a través del puerto de diagnóstico a bordo (conocidos como OBDs, también utilizados por los mecánicos para identificar fallas).
Incorporado en la mayoría de los vehículos modernos, el ECU es parte de la red de ordenadores que controla la mayoría de los aspectos funcionales del auto, incluyendo aceleración, frenado, dirección y bocina.
Los científicos pudieron diseñar un software que envía instrucciones a la computadora de la red del vehículo y reemplaza los comandos de los controladores reales de la unidad.
Los fabricantes le dijeron a la BBC que no lo consideraban un hackeo porque el sistema implica que el hacker instale una conexión dentro del carro. Y los creadores admiteron que se gastaron una buena cantidad de ECUs desarrollando el proyecto.
El tablero
Como dicen los proveedores, el hackeo anterior fue «en el aire (…), una manipulación física altamente agresiva de un vehículo».
Pero, ¿se puede hackear un carro a través de la red?
En 2011, un estudio de las universidades de Wisconsin y San Diego, en Estados Unidos, probó que sí: «Descubrimos que el ataque inalámbrico es factible a través de una amplia gama de vectores de ataque, incluyendo herramientas mecánicas, reproductores de CD, Bluetooth y señales de celular», dijeron los autores.
Además de esto, el estudio encontró que «los canales de comunicaciones inalámbricas permiten el control del vehículo a larga distancia, hacer un seguimiento de la ubicación y filtrar el audio en la cabina».
Todo esto a través de una intervención de esas redes. Es posible intervenir la radio, tocar la bocina, activar y desactivar limpiaparabrisas, controlar el aire acondicionado y alterar tablero de instrumentos (para falsificar el nivel de combustible y las lecturas del velocímetro).
¿Amenaza?
Los diferentes estudios y pruebas que se han hecho sobre el tema tienen algo en común: según sus autores, buscan mejorar la seguridad en los automóviles.
Pero por cada investigación que se publica, decenas de comentaristas lanzan un grito de alerta para que estos estudios no les den herramientas a quienes quieran interferir en el recorrido de los carros.
«El hackeo de los autos no es un tema que haya sido globalmente discutido», dice el experto en seguridad de la consultora británica Charteris, Alan Woodward.
Y asegura: «Eso es porque no ha habido ningún incidente criminal al respecto».