El Banco de Bogotá, GNB Sudameris y Bancolombia figuran en el ranking de las 25 entidades bancarias con mejor desempeño este año, según estudio de América Economía.
El Banco de Bogotá es la entidad colombiana mejor posicionada en el ranking de los 25 mejores bancos de América Latina que hace cada año la firma ‘América Economía’ y que además incluye a GNB Sudameris y Bancolombia.
Según el listado, que se construye teniendo en cuenta el desempeño de las entidades de acuerdo con su gestión de capital, activos, patrimonio y liquidez, el Banco de Bogotá ocupó el puesto 16 en la región, con lo cual avanzó seis lugares frente al escalafón del 2009. El GNB Sudameris apareció por primera vez en el grupo, con el puesto 24 y Bancolombia se ubicó en el 25.
La investigación ubicó en el primer lugar y por sexto año consecutivo al Banco Santander de Chile. Le sigue el gigante Itaú Unibanco de Brasil y en tercer lugar está el BBVA Continental de Perú.
Aparte de los tres colombianos, entre los 25 mejores de la región hay seis chilenos, cinco brasileños, cinco mexicanos, cuatro peruanos, uno uruguayo y uno ecuatoriano. También se destaca que cuatro bancos del Grupo Santander figuran en el listado.
Entre otros escalafones que tiene el estudio, los bancos más rentables de la región son el Nova Scotia de Panamá, el Exterior de Venezuela, Comafi de Argentina y el Banco Agrario de Colombia, con un retorno sobre el capital propio cercano al 20 por ciento.
Por otra parte, las entidades brasileñas fueron las que más incrementaron su cartera de créditos, pues entre los 15 bancos cuyo crecimiento de cartera superó el 65 por ciento, 13 están en Brasil. En cambio, las entidades que más redujeron la cartera son en su mayoría de Venezuela y Guatemala.
Según el informe, en promedio los 25 bancos son mejores que los del año pasado, «lo que denota que la banca latinoamericana está creando instituciones sólidas y a prueba de crisis».
En ese sentido, considera que la fortaleza del sistema bancario en América Latina radica en tres grandes elementos. Por un lado, están los sólidos balances de las entidades, los cuales incluyen estrictos sistemas de regulación y supervisión.
A esto, añade que los mercados domésticos están poco bancarizados y por ello se han orientado a atender a los clientes locales, lo cual ha logrado evitar que se expongan a los activos tóxicos que contaminan los balances, como le sucedió a muchas entidades en los países desarrollados.
La otra gran razón tiene que ver con el buen desempeño que en términos generales han tenido las economías de América Latina y una efectiva gestión monetaria, lo cual permitió que «la primera década del siglo XXI haya sido la prueba de fuego que permitió a la banca latinoamericana entrar a la adultez».
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