Siglos antes del Hombre Araña, la gente buscó aprovechar la seda de araña, una fibra tan poderosa que no sólo sirve para capturar presas sino que también podría servir como una tela muy resistente.
Sacar hilo de un arácnido, sin embargo, es una labor lenta y ardua. Y colocar demasiadas arañas en cercanía las vuelve territoriales y propensas a matarse entre sí.
Ahora, una startup japonesa llamada Spiber Inc. anunció que ha producido un hilo de araña artificial que, asegura, es igual al acero en fuerza de tensión pero tan flexible como el hule. La empresa espera producirlo de forma masiva dentro de dos años, lo que abriría la posibilidad de crear partes de autos, materiales quirúrgicos y chalecos antibalas más ligeros y fuertes.
«El hilo de araña es un material extraordinario, es muy ligero, pero también muy fuerte y flexible. Puede absorber mucha energía», dice el presidente de Spiber, Kazuhide Sekiyama, que obtuvo la idea de reproducir el hilo de araña en la universidad durante una conversación sobre «tecnología de insectos».
Una cuestión clave es qué tan fuerte podrá ser el hilo de Spiber en producción masiva, un obstáculo que han enfrentado los investigadores en el pasado. Spiber señala que también necesita experimentar con diferentes formas de tratar el hilo para protegerlo del medio ambiente, incluido revestirlo con resina. Como toda materia orgánica, su hilo con el tiempo se rompe.
Spiber apunta a producir una tonelada de seda de araña en 2015. Para noviembre, se propone triplicar su actual producción mensual a unos 100 kilogramos.
Llamado Qmonos —»telaraña» en japonés— el hilo de Spiber es el ejemplo más reciente de biomímesis, un campo de la ciencia que busca reproducir la forma en que funcionan elementos de la naturaleza para solucionar problemas humanos. Ejemplos exitosos incluyen el invento del Velcro por el ingeniero suizo George de Mestral en 1941 a partir de la observación de cómo las espinas de una planta se le pegaban a su perro y, más recientemente, la creación por Nitto Denko Corp., de Japón, de un adhesivo que funciona en temperaturas súper altas tras analizar la forma en que el pie de una lagartija se pega a las superficies.
La seda de araña ha sido desde hace mucho el Santo Grial de la biomímesis. El hilo puede estirarse 40% más allá de su extensión original sin cortarse. Más fuerte que el acero y el hueso al mismo peso y el doble de elástico que el nailon, una telaraña hecha de fibras del grosor de un lápiz sería lo suficientemente fuerte para detener a un avión jumbo en vuelo, dicen algunos expertos. Durante siglos, ha sido usado como hilo de pesca debido a su elasticidad o para vendar heridas por sus propiedades antibacterianas.
Muchos han intentado solucionar el enigma de recrear la seda de araña, sin muchos resultados.
«El éxito de Spiber depende de qué tan cercano sea su hilo al real», afirma Shigeyoshi Osaki, profesor de medicina en la Universidad Médica de Nara, quien demostró que un trozo de cuatro milímetros de espesor compuesto por 190.000 fibras de seda de araña podía aguantar su peso.
La estructura molecular de la proteína de la seda de araña es compleja y larga. Esto le da al hilo su equilibrio ideal de elasticidad y fuerza, pero hace que su reproducción sea difícil y costosa. Las empresas podrían ser capaces de reproducir partes de la proteína, pero su estructura molecular es lo que da al hilo su resistencia, explica Osaki. Spiber no revela detalles sobre la composición de su hilo.
Desde que anunció su técnica de producción en agosto de 2012, Spiber señala que ha recibido más de 100 solicitudes de colaboración en sus proyectos. Con una inversión de 750 millones de yenes (US$7,6 millones) del fabricante de autopartes Kojima Press Industry Co., Spiber comenzó a construir un centro de prototipos y una planta piloto en Tsuruoka, Japón, este mes.
Spiber afirma que las posibles aplicaciones en autos incluyen llantas, parachoques y partes electrónicas. En la medicina, podría usarse parar crear elementos que requieren flexibilidad, como vasos sanguíneos y ligamentos artificiales y suturas absorvibles.
«Hemos finalmente alcanzado la línea de partida», afirma Sekiyama, de Spiber. «Pero al menos ahora tenemos una visibilidad clara. Sabemos exactamente lo que tenemos que hacer a partir de ahora».
Fuente:
¿Un hilo de araña artificial tan fuerte como el acero?