Si usted es inversionista y no está a punto de jubilarse, su deseo más profundo debería ser que otra ola de miedo lleve a más activos a la sección de descuentos.
El 22 de mayo, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, sugirió que la Fed podría reducir, o «disminuir gradualmente», el programa de compra de bonos que ha impulsado a los mercados a niveles máximos.
La consiguiente venta generalizada de acciones y bonos ha dejado a algunos activos (como los bonos de alto rendimiento) aún caros, otros (los bonos protegidos contra la inflación) ligeramente atractivos y varios (acciones internacionales) a precio de ganga.
«Todos estamos muy motivados por el ciclo de noticias las 24 horas del día y nos enfocamos en el corto plazo. Es demasiado fácil entrar en pánico cuando lo que pensábamos que era atractivo se vuelve 10% más barato», expresa Rob Arnott, presidente de Research Affiliates, una firma de inversión en Newport Beach, California, que asesora inversiones sobre US$150.000 millones en activos.
Los inversionistas deberían dar la bienvenida a los precios en descenso ya que hacen que los activos sean más baratos. En lugar de eso, los mercados se asemejan a un inmenso banco de peces, que pasan de un ataque alimentario a una retirada en cuestión de segundos. Últimamente, con tantas personas haciendo transacciones bajo la influencia del dinero barato, el acostumbrado comportamiento de comprar caro y vender barato del público bordea en lo absurdo.
En las 20 semanas que transcurrieron entre el primero de enero y el 22 de mayo, casi US$3.400 millones de dinero nuevo ingresó a fondos especializados en bonos de alto rendimiento, incluso a medida que los rendimientos de esos bonos alcanzaron mínimos históricos (y por consiguiente, sus precios se dispararon a récords máximos).
Después, los temores por la «disminución gradual» atacaron. Entre el 23 de mayo y el 12 de junio, apenas 15 días de transacciones, los inversionistas sacaron US$7.800 millones incluyendo casi US$1.500 millones el 7 de junio, la mayor salida de dinero en un solo día en la historia, según EPFR Global, una firma de investigación sobre inversión.
«Los inversionistas que normalmente no hubieran estado para nada negociando en los rendimientos altos ingresaron a los mismos [en meses recientes] ya que los retornos en todas partes estaban abismalmente bajos», indica Martin Fridson, un veterano analista de alto rendimiento y presidente ejecutivo de FridsonVision, una firma de investigación con sede en Nueva York. «Parece que todos estaban pensando, ‘Mientras yo sea el primero en salir, estará bien’. Pero no todos pueden salir primero». Los bonos de alto rendimiento «ciertamente aún no son una ganga», advierte Fridson, que calcula que los retornos tienen que ascender otro 0,5% para alcanzar un valor justo.
La misma conducta ha inundado los fondos que invierten en acciones de mercados emergentes (US$16.200 millones ingresaron en las 20 semanas, US$7.800 millones salieron en 15 días), deuda de mercados emergentes (US3.800 millones ingresaron, US$999 millones salieron) y acciones japonesas (US$13.600 millones ingresaron, US$437 millones salieron), entre otras categorías.
«Conforme visito a clientes en todo el mundo, casi todos me dicen lo mismo», apunta Brian Singer, que dirige el fondo William Blair Macro Allocation que gestiona US$145 millones. El fondo invierte en una variedad de activos alrededor del mundo. «El único lugar en el que ven alguna oportunidad es en Estados Unidos».
Singer añade: «Si es el consenso global, puede estar seguro que la tendencia ya está incluida en los precios», lo que significa que un inversionista inteligente debería buscar más allá de las acciones de EE.UU.
Singer cree que las acciones en Europa y los mercados emergentes se han vuelto mucho más atractivas en la reciente venta generalizada. El gestor proyecta retornos futuros de hasta 14,5% anuales en los próximos ocho años en acciones europeas (y al menos 20% en los mercados italianos y españoles) y 11% en los mercados emergentes.
Las acciones de EE.UU. están a un nivel de la relación entre el precio y el valor contable —es decir, el valor de mercado en relación al patrimonio neto corporativo— de 2,3, o casi 10% más que lo que estaban al fines de 2012, calcula Ryan Larson, vicepresidente en Research Affiliates. La misma relación en las acciones de mercados emergentes ha caído por debajo de 1,5, desde 1,6, lo que las vuelve casi un tercio más baratas que las acciones de EE.UU.
Durante el mismo periodo, el rendimiento de dividendos en EE.UU. ha descendido a menos de 2,1% desde 2,2%, incluso a medida que el rendimiento en los mercados emergentes ha crecido a 2,9% desde 2,7%.
Las acciones europeas se transan a descuentos casi de tal magnitud, con dividendos de 3,5% en promedio; Japón está incluso más barato, aunque los dividendos allí son menores a 1,7%. Mientras que los prospectos para el crecimiento en Europa y Japón son lúgubres, las expectativas son incluso más lúgubres, lo que eleva el potencial de sorpresas positivas y mayores retornos en el futuro.
Los títulos del tesoro protegidos contra la inflación, o TIPS por sus siglas en inglés, «no habían sido interesantes por un año y medio», afirma Arnott, de Research Affiliates. Pero han caído tan rápidamente en las últimas semanas —especialmente aquellos con vencimientos a más largo plazo— que «se están volviendo de nuevo interesantes».
Al mismo tiempo, los inversionistas han retirado US$1.500 millones de fondos TIPS en los últimos 15 días, según EPFR Global.
Gemma Wright-Casparius, gestor de del fondo Vanguard Inflation-Protected Securities, que administra de US$35.200 millones, señala que los TIPS a largo plazo son ahora «bastante atractivos» si la inflación estadounidense sigue por encima de 2,05% en la próxima década o más. Considerando que el costo de vida en EE.UU. aumentó 2,7% anualmente en los últimos 10 años, esa es probablemente otra apuesta que vale la pena tomar.
Fuentes:
La volatilidad de los mercados es una buena noticia
http://eleconomistaamerica.com/