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3 personalidades que no debes contratar

3 personalidades que no debes contratar

Descubre qué tipo de personas debes evitar integrar a tu equipo y cómo identificarlas desde la primera entrevista de trabajo.

En el momento de buscar colaboradores y personal para tu empresa, debes evitar estos tres tipos de personalidad en el momento de contratar. Te decimos cómo identificarlos desde la entrevista de trabajo y evitar que afecten tu negocio:

1. El narcisista
Uno de los tipos de personalidad más peligrosos en un lugar de trabajo es el narcisista. Es fácil cometer el error de contratar a alguien con narcisismo, debido a que por lo general son carismáticos e irradian seguridad en sí mismos. Sin embargo, los narcisistas tienden a manipular a los demás en la oficina, suelen ser irresponsables y se niegan a aprender de los errores.

De hecho, tienen algunas características parecidas a los psicópatas, según Robert Hagan, presidente de una firma de valoración de la personalidad en Oklahoma, Estados Unidos. “El problema es que un narcisista tendrá un buen desempeño en la entrevista. Pueden llevarse bien con quien sea. Pero en realidad todo se trata de ellos mismos”.

Cómo identificarlo: Un narcisista tiene un aire arrogante, así es que debes fijarte en el lenguaje corporal del candidato para descubrir cualquier señal de fanfarronería. Cuando le preguntes acerca de su experiencia trabajando en equipo, ¿se enfocan únicamente en sí mismos o hace alguna observación de desprecio hacia un miembro del equipo? Ésas son señales de peligro que puedes advertir cuando entrevistas a un narcisista.

2. El holgazán
Mientras que el comportamiento de este individuo es mucho más pasivo que el de un narcisista, es esta misma pasividad la que te volverá loco a ti y a tus empleados. La gente que es excesivamente floja cuando se trata de trabajar en equipo puede ser igual de dañina que la narcisista. Este tipo de personalidad es particularmente problemática en un negocio pequeño donde cada individuo cuenta.

Los holgazanes generalmente dejan que los demás hagan su trabajo por ellos y toman una actitud agresiva-pasiva en la oficina. Este comportamiento creará resentimiento en los demás que sienten que tienen que cargar más peso. “Es un golpe a la moral”, señala Howard. “Es extremadamente importante que la gente perciba que todos están haciendo su parte”.

Cómo identificarlo: Necesitas valorar el nivel de energía del candidato durante la entrevista. Para tener una noción de cuánta energía tiene una persona, presta atención no sólo a lo que dice, sino también a cómo lo dice. Howard sugiere llevarse al prospecto a por una taza de café en plena entrevista. Es una forma sutil para observar sus movimientos y ver si puede seguir tu paso.

3. El súper emocional
Mientras la mayoría de la gente puede controlar sus emociones durante una entrevista laboral, puede que esté conteniendo sentimientos agresivos, dice el psicólogo Michael Mercer. “Pueden actuar encantadores, aun siendo unos monstruos”, afirma. Las personas demasiado emocionales son reticentes a seguir las reglas, pesimistas y majaderos.

Éste es el tipo de empleado que golpea las puertas y se queja constantemente. El resto del personal sentirá que debe andar en puntitas alrededor de él, y esta negatividad explosiva puede ser contagiosa.

Cómo identificarlo: Incluso los candidatos muy emocionales evitarán quejarse durante las entrevistas. Pregúntale por qué no le gustaban su trabajo y jefe anteriores, y probablemente recibirás una respuesta ensayada. Pero si lo presionas pidiéndole dos ejemplos y lo retas a que sea más específico, harás que respondan espontáneamente. Fíjate en su reacción: ¿Se puso malhumorado cuando lo retaste o se enfocó únicamente en asuntos negativos? Ahí está tu señal.

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personalidades que no debes contratar

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Cómo quitarse la etiqueta de «tímido» en la oficina

Es fácil que alguien que no habla mucho en las reuniones sea encasillado en el trabajo como alguien que no tiene ambición o pasión. Las conferencias telefónicas pueden pasarse volando y él aún está pensando en qué va a decir.

Thomas G. Lynch, un autoproclamado introvertido, se sacudió su vieja imagen de tímido frente a sus jefes y asumió nuevos puestos de liderazgo en su trabajo, sin traicionar su personalidad. Así fue como lo hizo:

El problema

Lynch era un ejecutivo de soporte de ventas con un desempeño sólido en SAP America, la división estadounidense del fabricante alemán de software para aplicaciones empresariales. Aunque fue ascendido varias veces, nunca fue considerado para puestos de liderazgo debido a su personalidad callada. Tras una década en la compañía, el ingeniero de 44 años, que tiene un MBA, quería ser gerente.

Sin embargo, cuando empezó a explorar la idea en 2012, sus jefes le decían que le faltaba empuje y ambición. «Me decían: ‘eres un tipo inteligente. Te respetan. Pero necesitas ser más asertivo», cuenta. Asumió que tenía que ser extrovertido, más agresivo y dominante.

Lynch había sido muy exitoso, ayudando a generar por lo menos entre US$20 millones y US$30 millones en ventas cada año, casi siempre alcanzando calificaciones por encima del promedio o las más altas entre sus colegas.

«Nunca pensaría que soy un introvertido si me ve frente a un cliente, porque hago preguntas y trato de resolver problemas», dice. Los introvertidos se suelen destacar cuando tienen la oportunidad de meditar sobre soluciones.

No obstante, en la oficina casi siempre era opacado por sus colegas más comunicativos. «No soy el tipo de persona que tiene que decir algo en todas las reuniones», dice.

La solución

Lynch se dedicó a destacar sus fortalezas delante de otros.

Le pidió a Julie Cohen, una asesora de carrera y liderazgo y con quien había trabajado en Ernst & Young, que lo ayudara a ser más extrovertido. Acordaron reunirse cada dos semanas durante seis meses.

Cohen le indicó a Lynch que le pidiera a 20 colegas y amigos que le dijeran tres adjetivos que lo describían. Se complació al ver que ninguno lo veía como «una persona callada», dice. Los colegas lo describieron como innovador, detallista, empático, fiable y «muy influyente». También asistió a un programa de capacitación de empleados de SAP para desarrollar «una marca personal» o una imagen positiva.

Lynch hizo una lista de sus fortalezas: su dedicación al consumidor, sus habilidades técnicas y su voluntad para trabajar en equipo. Disfruta hacer presentaciones cuando tiene tiempo de prepararlas. Cohen también le pidió que hiciera una lista de sus valores, para entender qué era lo que lo motivaba. Para su sorpresa, no era estatus ni dinero. Lynch dice. «Se trataba de ayudar a la gente. Una vez que reevalúe lo que era importante para mí, me di cuenta de que era más exitoso de lo que pensaba».

Lynch y Cohen concluyeron que convertirse en extrovertido «era la meta equivocada». Algunas de las mejores cualidades de Lynch estaban ligadas a su estilo reflexivo.

Se reenfocaron en ayudar a Lynch a que se presentara de manera diferente, como un innovador y un experto en clientes del sector público. «Me di cuenta de que necesitaba dejar de volar por fuera del radar y que debía asumir más riesgos», recuerda Lynch.

Cohen lo animó a que hablara más seguido en las reuniones.

«A veces necesitas reaccionar en un momento con algo que no esté 100% pensado y analizado» para que te vean como un participante comprometido, le dijo Cohen. También le sugirió que hablara más con los jefes sobre contribuciones específicas que quería hacer.

La implementación

A insistencia de Cohen, Lynch llamó a su jefe, Michael Nixon, y le describió lo que consideraba eran sus fortalezas y le preguntó cómo podía asumir más responsabilidades.

«Me sorprendió un poco» la llamada, dice Nixon, subdirector de servicios financieros de SAP America. Le dijo a Lynch: «Esta llamada no debe ser fácil para ti». Lynch tenía la reputación de ser un empleado «sólido, muy profesional y muy disciplinado», pero Nixon dice que no había visto que demostrara las habilidades emprendedoras que ayudan a los gerentes a ascender en SAP.

Nixon le recomendó que se vendiera a sí mismo y promocionara sus destrezas.

Lynch también llamó a una gerente que estaba organizando una reunión anual de ventas y le pidió que lo dejara participar. Cuando recibió una negativa, insistió. Al final, la gerente lo dejó hacer una presentación de 30 minutos ante 100 colegas en Las Vegas, lo cual amplió su red de contactos.

La misma gerente lo recordó meses después cuando se convirtió en su jefe.

Ha seguido tocando puertas más arriba. Hace poco le pidió a un alto ejecutivo oportunidades de liderazgo y consiguió que lo incluyeran en un nuevo equipo que estudia maneras de mejorar el desempeño de su división. También está haciendo uso de servicios de desarrollo profesional que SAP ofrece a sus empleados.

El resultado

En un reciente proyecto, el cambio en la confianza y el liderazgo de Lynch era tan visible que «casi no lo reconocí», dice Nixon. «Lo calificaría como un ente de cambio». El proyecto generó tres veces más ingresos de los esperados, o varios millones de dólares, dice Nixon.

Lynch no cabía de alegría cuando hace poco su gerente le pidió que liderara una sesión de 90 minutos para unos 100 colegas en la reunión anual de ventas de este año en Las Vegas.

Ser introvertido, concluye Lynch, puede ser una ventaja. Aunque recibiría con gusto un ascenso o un nuevo título, esa no es su prioridad por ahora, sino las recompensas intrínsecas de su trabajo.

Los cambios también se han transferido a su vida personal. Solía ser retraído en las actividades extracurriculares de sus hijos de 13,10 y 5 años. Hace poco, decidió que ser un padre que conoce a otros padres y los entrenadores podría ayudar a su hija a que la pasara mejor en sus entrenamientos de fútbol.

«Tenía un objetivo, y cuando tengo un objetivo, es más fácil», dice.

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Haz que tus empleados aporten ideas

Haz que tus empleados aporten ideas
Te presentamos 10 estrategias que motivan la creatividad y participación de tu equipo por el bien de la empresa.

Te compartimos algunas estrategias que te ayudarán a aumentar la creatividad de tus empleados y que los motivarán a innovar más en sus actividades y proyectos:

1. Apoya todas las ideas
Esto no significa que aceptes cualquier idea que presenten tus empleados, pero debes asegurarte de que apoyas la actividad de generar nuevas ideas. Una buena forma de hacerlo es demostrar tu entusiasmo hacia todas las ideas, aunque no aceptes la mayoría de ellas.

Es primordial que impulses un ambiente donde se acepta la colaboración y la innovación. Recuerda que las buenas ideas deben ser premiadas o reconocidas y, de ser posible, realizadas cuanto antes.

2. Facilítales a tus empleados aportar ideas
Cuantos más requisitos pidas para generar e implementar las ideas, menos personas querrán participar en esta dinámica y menos ideas vas a obtener al final del día. Incluso, el simple hecho de pedirles que las escriban con un formato determinado puede reducir la generación de ideas.

La mejor forma de estimular la creatividad es simplemente permitirles a los empleados platicarte directamente sus ideas, lo cual será una tarea fácil si tu empresa es pequeña. Evalúa los procedimientos que actualmente tienes en esta área y elimina todos los que no sean imprescindibles.

3. Reacciona rápido
Qué tan rápido respondes a las ideas es el factor que tiene mayor influencia en el número de ideas que producen los empleados. Si una idea o una propuesta se queda durante más de una semana sobre tu escritorio antes de que respondas o emitas un juicio, crearás una energía negativa dentro de tu empresa.

4. Busca ideas en la persona menos esperada
Muchos inventos revolucionarios vienen de personas que se encuentran fuera del típico campo de conocimiento. Impulsa las ideas de cualquier perfil de persona: no importando su nivel de experiencia, educación, edad o nivel socioeconómico. Si esperas encontrar creatividad, las probabilidades de que la encuentras aumenta si la buscas en todos lados.

5. Proporciona nuevas experiencias a tus empleados
La variedad es la madre de la creatividad. Cuanto más variadas sean las experiencias que les des a las personas, más creativas serán. Si uno de tus empleados trabaja primordialmente en cuentas bancarias, dale una referente a la manufacturación. Envía al empleado a una fábrica o a algún lugar relacionado. Si alguien tiene una experiencia fuera de su campo es más probable que aumente su creatividad.

Asimismo, intenta que asistan a seminarios, diplomados y eventos que puedan darles nuevas ideas para implementar en la empresa.

6. Impulsa un ambiente innovador
Crea y favorece un ecosistema donde las personas puedan aportar ideas para solucionar problemas o mejorar procedimientos y estrategias. Usa técnicas para favorecer la creatividad y la innovación. Sólo así podrás lograr que se den nuevas ideas en tu empresa.

7. Invita a empleados de todas las áreas a “lluvias de ideas”
Tener diferentes perfiles y personalidades dentro de una misma junta para encontrar nuevas ideas puede tener muy buenos resultados. Es importante que establezcas una dinámica en estas reuniones; por ejemplo, que en un mismo pizarrón todos escriban sus ideas y que los demás las completen o hacer votaciones de las mejores propuestas.

8. Crea un espacio inspirador
La disposición de los cubículos y de las oficinas, así como su decoración influyen en la creatividad de los empleados. Una buena idea es diseñar espacios sin divisiones, donde todos los empleados se encuentren en la misma mesa (o en filas) y puedan platicar fácilmente con quienes se encuentren a su lado. Otra opción es agregar una zona de juegos o de descanso en tus oficinas donde las personas puedan relajarse, divertirse y olvidarse del estrés.

9. Favorece la autogestión
Dejar que los empleados se dirijan a sí mismos es una buena forma de motivar la responsabilidad y la participación del grupo. Por ejemplo, si dejas que de vez en cuando sean ellos quienes dirijan las reuniones estimularás a los demás a participar, en lugar de sólo escuchar todo lo que estás diciendo.

Una recomendación es ser más flexible en los horarios e invitar a tu equipo a trabajar por metas y resultados. Así evitarás las horas poco productivas dentro de la oficina y motivarás en ellos un sentido de responsabilidad que funciona mejor que las reglas tradicionales.

10. Cuida tu estilo de liderazgo
Para que tus empleados y colaboradores tengan la confianza suficiente de comentarte sus ideas y de ofrecerte soluciones debes tener una actitud y un estilo de “puertas abiertas”. Presta especial atención a tu forma de reaccionar a las ideas y de dirigirte a tu personal. Recuerda que únicamente inspirando confianza y siendo empático ellos se atreverán a explotar al máximo su creatividad.

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Haz que tus empleados aporten ideas

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4 tips para resolver conflictos en tu empresa

4 tips para resolver conflictos en tu empresa
Cuando existan diferencias entre tus empleados procura escuchar a todas las partes y tomar una decisión con base en lo que es mejor para la organización.

El conflicto puede ser sinónimo de cambio y parte de la vida emprendedora. Pero cuando aparecen desacuerdos en tu empresa, no puedes ignorarlos. En una compañía pequeña, incluso las disrupciones más modestas pueden causar problemas serios y no siempre contarás con managers que te ayuden a resolver el conflicto.

Te compartimos cuatro consejos para resolver problemas y tratar de mantener felices a todos:

No te saltes a las conclusiones. Es fácil asumir que una persona está en lo correcto y la otra está equivocada, pero como la mayoría de los problemas pueden resolverse de varias maneras, los jugadores de los que eres árbitro podrían estar ofreciendo distintas rutas para ganar. Por eso debes escuchar a todos los involucrados.

Deja claro que simplemente estás reuniendo información y que no estás tomando partes. Podrías descubrir que una diferencia de opinión honesta ha crecido demasiado, o que las partes se disgustan ciegamente. De cualquier manera, tu trabajo es determinar la mejor solución para tu empresa, no decidir entre ganadores y perdedores.

Reúnelos en la misma habitación. A veces escuchar las disputas en un escenario formal puede convertir argumentos individuales en discusiones de negocios. Pon a las partes en la misma sala de juntas y trae también a otros miembros del equipo. La meta es invitar a cada persona a expresar su caso y defenderlo. Al examinarse calmadamente, las vistas opuestas pueden ser más cercanas de lo que se esperaba. Si no es así, al menos estás forzando a las partes a escucharse mutuamente con calma.

Tómate tu tiempo. Como emprendedor, la presión puede llevarte a apresurarte en cada crisis que enfrentas, especialmente en aquellas donde lidias con el personal. Pero necesitas que los miembros de tu equipo trabajen los unos con los otros sin importar la estrategia que eso requiera, así que asegúrate que todos sientan que realmente los estás escuchando.

Cuando tomes una decisión, considera a detalle los argumentos de cada uno y valida sus fortalezas. Depende de ti demostrar que tu decisión está bien razonada y que no fue tomada con rapidez, o con base en quién llegó antes contigo o, peor aún, en quién te cae mejor o confías más. Las ideas de todos cuentan, incluso cuando no todos concuerdan con ellas.

Aléjate de tu email. El correo electrónico es la mejor herramienta de evasión que existe, pero en esta situación no puedes esconderte detrás del Outlook. Es muy fácil que los mensajes sean malinterpretados y sacados de contexto.

Intenta identificar qué sucede en persona, deja claro que estás escuchando y ten la mente abierta conforme escuchas a las personas. Si atiendes a estos asuntos correctamente,mostrarás a tu equipo cómo esperas que lidien con el conflicto. De todas formas, decepcionarás a alguien, pero entenderá que tomaste una decisión informada.

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Cómo saber si un potencial jefe se convertirá en una pesadilla

Cuando un amigo le dijo a Jessica Dean que una empresa nueva con potencial buscaba un director de desarrollo de negocios, envió su currículum. La compañía con sede en Nueva York ofrecía una nueva aplicación para teléfonos móviles que sonaba innovadora. Desafortunadamente, la falta de profesionalismo del propietario durante la entrevista activó algunas alarmas. Hizo promesas desproporcionadas sobre los planes de la compañía, usó un lenguaje grosero y exageró sus calificaciones. Dean aceptó el trabajo porque su amigo le aseguró que el propietario, a quien conocía, sería un buen jefe.

Los problemas comenzaron de inmediato. El propietario no confiaba en ella, por lo que le dejaba mensajes de voz a altas horas de la noche preguntando si había completado los proyectos. «Incluso a mi madre no le cayó bien cuando lo conoció», señaló Dean, quien renunció después de seis meses.

Ahora, Dean busca ciertas cualidades cuando va a una entrevista. «Si alguien es muy casual, eso sugiere algo sobre la forma en la que dirige su empresa», dice. «Mi nuevo jefe es todo lo contrario y es muy profesional en su apariencia y la forma en que se comunica», agrega. Dean trabaja ahora para una empresa llamada Spuni.com que hace productos para bebés.

Los malos jefes son una de las principales causas de descontento laboral, según una encuesta reciente de Gallup, pero pocas personas que buscan trabajo investigan a potenciales supervisores antes de aceptar ofertas de empleo. Una de las razones, según los expertos, es que quienes buscan trabajo no quieren correr el riesgo de parecer desafiantes durante las entrevistas. Pero hay otras maneras de identificarlos.

Para empezar, averigüe en línea y a través de redes profesionales toda la información posible acerca de la empresa, el departamento y el jefe. Si está en Estados Unidos, puede utilizar sitios web como Glassdoor.com o buscar blogueros con experiencia en las compañías en las que está interesado.

Puede utilizar la función de búsqueda avanzada de LinkedIn para encontrar ex empleados de otras empresas y ver las referencias.

Averigüe cuánto tiempo ha estado disponible la vacante y por qué, dice Gary Namie, fundador del Workplace Bullying Institute, un grupo de defensa de los trabajadores con sede en Bellingham, estado de Washington. «¿Ha estado la oferta de empleo disponible por mucho tiempo?», pregunta Namie. «¿Hubo 10 empleados rotando en el cargo por un corto período de tiempo? Esas son señales de advertencia que le indican que tiene que prestar más atención y preguntar», agrega.

Haga las preguntas correctas sobre el estilo de gestión y la cultura del lugar, aconseja Lynn Taylor, experta en asuntos laborales de California y autora del libro «Tame Your Terrible Office Tyrant», (algo como «Controla a tu horrible tirano de la oficina»). Trate de averiguar qué tanto se inclina a trabajar en equipo el jefe, y si es de los que suele dar crédito a los demás. «¿Es de los que dice ‘yo logré esto’, en lugar de ‘nosotros’ o ‘el equipo’?», pregunta Taylor. «Lo ideal es un jefe que tenga en mente el mejor interés para usted, sus colegas y la empresa», señaló.

Por supuesto, la mayoría de los malos jefes seguramente tendrán un desempeño estelar durante una entrevista, dice Noelle Nelson, psicóloga de Los Ángeles y autora de «Got a Bad Boss?», algo así como «¿Tiene un mal jefe?».

Algunos de los peores jefes son narcisistas, egocéntricos y manipuladores pero capaces de ser encantadores cuando es necesario. Esté atento a fallas en el comportamiento, como cuando el jefe se comunica con los empleados. ¿Es repentinamente frío o abrupto?

En una instancia, Nelson trabajó con un cliente que fue entrevistado por el socio gerente de una firma de abogados para un trabajo de paralegal. El cliente se dio cuenta de que la secretaria parecía intimidada por su jefe y no hacía contacto visual. El cliente más tarde se enteró de que el jefe tenía un temperamento fuerte y le gritaba a todo el mundo en la oficina.

Una de las mejores formas de detectar qué tan bueno es el jefe es observando a las personas que trabajan con él. ¿Los empleados sonríen y hacen contacto visual? ¿Se siente una energía optimista o ansiedad? Un mal jefe puede ser una carga diaria física, mental y emocional que impacta en el comportamiento y las interacciones de los empleados. Los trabajadores desalentados son también más propensos a quejarse de sus jefes de forma anónima, dice Nelson.

«Busque en Google a esa persona», dice y «le puedo garantizar que si se trata de una situación con muy mal jefe, alguien está escribiendo al respecto».

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Del 1 al 10 ¿qué tan claro ves tu sueño?

Todos tenemos sueños, pero, ¿cuál es la diferencia entre los que sí los cumplen y los que no? Claridad es una competencia para lograrlo. Aquí te decimos cómo.

Muchas personas se atoran en el “cómo”, no encuentran la manera para lograr más, por lo que recortan su visión a la situación actual. Si vas a soñar más vale hacerlo en grande. Si vas a utilizar todos tus talentos y recursos para lograr tu sueño, entonces ese sueño debe ser grande. Sin embargo, primero hay que identificar el objetivo antes de intentar alcanzarlo. Hay que conocer el clima antes de recomendar a los demás que lleven chamarra o bermudas.

Si tienes una visión clara, con el tiempo atraerás a la estrategia adecuada. Si no tienes una visión clara, no habrá estrategia que te salve. – Mike Hyatt

Si te dejas abrumar por barreras reales o imaginarias, te limitas a ti mismo. Si vas a soñar, más vale soñar sin obstáculos y a lo grande. Recuerda que primero viene la visión y hasta después, el cómo lograr tu sueño.

Una vez que tengas la visión de tu sueño tan clara como el cristal, mantenla así en tu mente. Piensa en ella todos los días, léela, escríbela y hasta sueña con ella. Te mantendrás tan enfocado en la visión que una estrategia comenzará a surgir. Y cuando esto suceda, continúa enfocándote 10 veces más en la visión que en la estrategia.

4 preguntas para construir tu sueño

• ¿Qué es lo que quiero lograr?
• ¿Qué quiero experimentar en la vida?
• ¿Qué deseo aportarle al mundo?
• ¿En quién me quiero convertir?

Una vez que tienes tu sueño, ¡acláralo!

La mayoría de las personas tienen un sueño borroso y poco específico. El resultado es que nunca se convierte en realidad.

3 pasos para aclarar tu sueño

1. Convierte tu idea general en metas específicas

Idea general                                                Meta específica

Quiero bajar de peso                                En junio pesaré 70 kg.

Necesito tratar mejor a mi equipo      Celebraré los logros de alguien en cada junta

Quiero salir de deudas                              Para fin de año mis tarjetas estarán en cero

2. Sé intencional y esfuérzate para aclararlo

La clave está en ser consistente a la hora de seguir el Proceso que hayas creado para aclararlo. Por ejemplo:

Tres días a la semana reflexiona:

a. ¿Qué está sucediendo alrededor de las acciones que realizo para conseguir mi sueño?
b. ¿Cómo influye mi sueño en las personas con quienes tengo contacto?
c. ¿De qué manera está mejorando mi vida al seguir caminando hacia mi sueño?
d. ¿Qué recursos tengo para lograr mi sueño?
e. ¿Qué experiencia puedo evaluar para sacar ese diamante de mi pasado, y utilizarlo para lograr mi sueño?
f.  De las personas que conozco, ¿quiénes me pueden ayudar a lograr mi sueño?

3. Conoce tu propósito en la vida aclarando cada vez más tu sueño

En el esfuerzo por aclarar tu sueño, descubrirás que cuanto más claro lo veas, más claro verás tu propósito en la vida. El sueño y el propósito de una persona están entrelazados, y por naturaleza, deseamos hacer lo que somos más capaces de hacer. Cuando tu sueño está alineado con tu propósito, simplemente lo sabes.

En la empresa… 

Un sueño claro da dirección y motivación al equipo. Y si tu sueño es grande, requerirá de la participación de otras personas, deberás ser capaz de trabajar con un equipo. Esto puede lograrse eficazmente sólo cuando tienes un cuadro claro de lo que quieres lograr.

DICE JIM TUNNEY “SI LOS EMPLEADOS NO COMPRENDEN LAS METAS DE SU EMPRESA Y SU PLAN DE ACCIÓN, ESAS METAS QUEDARÁN SIN LOGRARSE”.

Como arquitecto no puedes empezar un proyecto de construcción hasta haberlo terminado;  como líder, tienes que ver el final antes de empezar.

Si los líderes crean un cuadro borroso, entonces los demás los seguirán de manera igualmente borrosa. La falta de claridad obstaculiza la iniciativa, inhibe la persistencia y socava el seguimiento. Los seguidores no entregan lo mejor de sí a algo que no comprenden. Las personas no perseveran en el rumbo por algo que no pueden ver. Nadie se siente motivado por algo en lo que más o menos, tal vez cree.

Celebra que terminaste de leer el artículo, eres una persona ocupada en aclarar y materializar tu sueño. Recuerda lo que dicen los orientales: El mejor momento para plantar un árbol fue hace 20 años… el segundo mejor momento Es Hoy.

Fuente:

Del 1 al 10 ¿qué tan claro ves tu sueño?

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4 tips para aumentar tu concentración

Estas técnicas te ayudarán a mantenerte encauzado en una sola tarea y a mejorar tus resultados en menos tiempo.

Todo dueño de negocio tiene problemas para mantener el enfoque, sin embargo, para muchos las distracciones son constantes y terminan afectando su productividad. Síntomas como falta de atención, hiperactividad e impulsividad pueden dificultarte el tener un día productivo y cien por ciento concentrado. La clave del éxito es aprender cómo trabajar con estos síntomas, y no luchar contra ellos.

Te compartimos cuatro técnicas que te ayudarán a enfocar tu atención en el trabajo y a mantenerte más concentrado.

1. Identifica tu estilo de aprendizaje
Piensa cuál es la manera en la que mejor aprendes, y después organiza tu espacio de trabajo de acuerdo a ella. Por ejemplo, si te cuesta mucho mantener presente información que no tengas a la vista, crea un sistema abierto de archivos, divídelos en colores y mantén ordenados tus compartimentos.

En cambio, si eres más auditivo y necesitas prepararte para una entrevista o presentación, es mejor que la estudies en voz alta o que te grabes a ti mismo y después te escuches.

2. Planea visualmente tu tiempo y tareas
Planea tu día por hora y revísalo cada cierto tiempo. Esto te ayudará a organizarte, definir el ritmo y aprovechar mejor cada minuto. Usa tu tiempo libre para jerarquizar tus pendientes. Una buena opción es que le asignes un color a cada tarea, de acuerdo a su nivel de importancia, y hazlo con cuatro o cinco tonos distintos.

También es recomendable hacer las tareas más importantes lo primero en la mañana cuando estés más fresco y dejar las menos relevantes para la tarde.

3. Libera el exceso de energía
Cuando necesites prestar atención durante una llamada o una reunión, lleva contigo un pequeño objeto con el que puedas jugar. Éste debe ser algo que puedas manipular fácilmente y sin pensarlo mientras escuchas y prestas atención. Esto te ayuda a liberar tu energía mental, lo cual hace que te concentres mejor.

En general, soltar el exceso de energía a lo largo del día te ayudará a mantenerte concentrado en una sola tarea. Cuanto más intentes estar enfocado en algo sin moverte, más se cansa tu mente. Para mejorar tu nivel de concentración, sube y baja escaleras entre tareas, paséate mientras hablas por teléfono, o simplemente cambia de ambiente a lo largo del día.

4. Rompe las tareas tediosas
Las tareas aburridas producen exceso de distracción. Forzarte a ti mismo a realizarlas de un ‘jalón’ sólo ayudará a aumentar el problema. Mejor, trabájalo por periodos de 15 minutos. Pon un temporizador e intenta hacer cuanto puedas antes de que se termine el tiempo; conviértelo en un juego.

Cuando el tiempo se acabe, haz algo activo como caminar o dar saltos y luego trabaja en ello por otros 15 minutos. Esto te dará la energía que necesitas para mantenerte enfocado. Si te tomas pequeños breaks o realizas alguna actividad física, tu mente se cansa y aburre menos.

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10 consejos para mejorar tu productividad

Trabajar mucho no es sinónimo de trabajar bien. Descubre cómo aprovechar al máximo tus horas laborales.

La mayoría de los emprendedores y de los empleados trabaja más de tres horas extra al día. Además, según un estudio realizado por Yahoo! México, 6 de cada 10 mexicanos duermen con el smartphone a un lado de la cama y cerca del 80% de las personas encuentra imposible no revisar su correo fuera de la jornada laboral.

¿Pero es esto necesario? No. Trabajar tiempo extra es beneficioso para ti y la empresa únicamente cuando es estrictamente necesario. Pero hacerlo todos los días habla de una ineficiente organización personal y corporativa. Antes de cambiar las estructuras o la forma de trabajar en tu empresa, comienza por ti. Sigue estos consejos para organizarte y mejorar tu desempeño:

1. Levántate temprano
Empezar a trabajar antes es una gran técnica para aprovechar mejor el día. Si eres de los primeros en llegar a tu lugar de trabajo podrás comenzar tu jornada con menos distracciones (saludos innecesariamente largos, llamadas telefónicas inoportunas, entre otras), lo que te permitirá concentrarte en lo que necesitas hacer. Ciertamente, es difícil de llevar a la práctica, pero ten confianza en su efectividad.

2. Planifica tu jornada
La mejor forma de sacar provecho a tu día laboral es planificándolo. Dedica entre 20 y 40 minutos diarios a esta tarea y, por ningún motivo, pienses que es tiempo perdido. Todo lo contrario: la definición de una buena agenda de trabajo te permitirá priorizar con certeza y avanzar en los temas realmente importantes.

Si lo haces día con día, finalmente mejorará tu «visión global» sobre tus tareas y serás capaz de anticipar reuniones difíciles o identificar nuevas tácticas para mejorar tu desempeño. Si llegas temprano, esos minutos de concentración serán tu mejor aliado al momento de planear tu día.

3. Ataca primero las tareas más difíciles
Prioriza y enfréntate a las tareas más complejas lo más pronto que puedas. Al iniciar la jornada tus niveles de concentración son mejores y tienes más energía.

Resultado: resuelves los temas más difíciles con mayor rapidez y efectividad. La otra cara de la moneda es dejar todo para el final y arriesgarte a cometer errores por no estar en tus mejores condiciones físicas y mentales.

4. Dedícate a atender un tema a la vez
Si crees que ser multitareas es una ventaja, estás equivocado. La correcta planificación de tus actividades y la firme decisión de atacar primero las tareas más difíciles te permitirá, acto seguido, tener la capacidad para atender un solo tema cada vez.

El objetivo es que realmente te concentres para resolver problemas o planear nuevos negocios o procedimientos. Además, lo harás en menos tiempo. En lo posible, evita distracciones y guíate por tu agenda de trabajo.

5. Descansa cada cierto tiempo
Cuando planifiques tu día, deja algunos espacios en blanco para descansar. Tu cuerpo y tu mente necesitarán pausas para recuperar energía.

Recuerda que descansar no es sinónimo de perder el tiempo. Puedes leer tu periódico preferido durante 15 ó 20 minutos, tomar un café al aire libre o tener una charla agradable. No abuses de las pausas y evita interrumpir a otras personas mientras te distraes.

6. Aprende a decir que no
Aunque suene lógico, un gran secreto para concentrarte en lo realmente importante es desatender las tareas intrascendentes. Si no aprendes a decir que no, es muy probable que tu agenda se llene de temas que quitan mucho tiempo y generan pocos beneficios para la empresa y para ti. Todo ello, sin contar el hecho de que toda tarea innecesaria ni se paga ni se agradece. Sé fiel a tu planificación y no te canses sin sentido.

7. Ordena tu lugar de trabajo y tu computadora
Tu espacio de trabajo, muy probablemente, tiene dos caras: una real (tu oficina, la planta, etc.) y una virtual (tu computadora). Y es imposible ser eficiente si este entorno está tan desordenado que puedes perder decenas de minutos buscando un archivo o ese documento importante que alguien dejó sobre tu escritorio.

No se trata de «olvidar» todo en cajones o carpetas electrónicas para que se vea bonito. El único propósito de trabajar en un espacio ordenado es facilitar tu desempeño y, si es posible, estimular tu creatividad.

8. ¿Necesitas estar siempre disponible?
Las tecnologías de comunicación -léase correo electrónico, messenger, smartphone, redes sociales y buzón telefónico- son muy útiles si sabes administrarlas correctamente. Pero ojo, pueden transformarse en los peores enemigos de tu eficiencia.

Consejo: evita las distracciones de estar siempre online y aprende a utilizar con mesura estos servicios.

9. Divide tareas en actividades más pequeñas
Empieza cada día priorizando actividades, escribiendo y agendando cada una. Al separarlas en tareas más sencillas y cortas, tu cerebro responde mejor, disminuyes el estrés y alcanzas tus metas más rápido.

10. Delega responsabilidades
Aquellas tareas que no te generen ganancias o que sólo te quiten tiempo delégaselas a alguien de tu equipo o contrata servicios de outsourcing. No lo veas como un gasto, sino como una inversión.

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10 consejos para mejorar tu productividad

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Claves de una entrevista laboral efectiva

Al evaluar a un candidato para sumarse a tu equipo, analiza aspectos como el lenguaje verbal, corporal y sensorial.

Iniciar una empresa o asegurar su crecimiento exige no sólo contar con un plan de negocios sustentado en proyecciones financieras, también se requiere de una estrategia de capital humano acorde a las necesidades del negocio. Por eso, la correcta selección de colaboradores representa un punto fundamental para evitar una alta rotación, incrementar la productividad de la organización entera y, en consecuencia, hacer exitosa a una compañía.

Para empezar, la forma de seleccionar personal ha cambiado y los elementos para calificar a un candidato ya no se centran solamente en su experiencia profesional, aunque sigue siendo un elemento clave. Hoy, los expertos en Recursos Humanos identifican tres lenguajes a considerar en una entrevista de trabajo y que debes tomar en cuenta para elegir al próximo miembro de tu equipo:

Lenguaje verbal: qué dice esa persona de su trayectoria y en su CV.
Lenguaje corporal: lo que su vestimenta y su postura física dicen del candidato.
Lenguaje sensorial: qué sensación te provoca esa persona; te “late” su forma de ser o te provoca desconfianza; qué te dice tu instinto.

“Como reclutador, comienza por elaborar una lista con los elementos más importantes que el individuo a contratar debe tener (agilidad con las cuentas, extrovertido, buen físico, que sepa cocinar, etc.), así como los criterios de los tres lenguajes que deberá cubrir, pues cada uno tiene su propio peso”, explica Roberto Debayle, coach en la búsqueda de trabajo y desarrollo profesional.

El especialista señala que para evaluar la experiencia técnica lo mejor es el lenguaje verbal. Mientras que para saber cómo responde el candidato ante una situación incómoda –por ejemplo, cuando se le pregunta las razones de su despido, defectos o fracasos–, el lenguaje sensorial es ideal para validar la honestidad de las palabras.

Por su parte, el lenguaje corporal ayuda a determinar cómo sería esa persona en labor de venta o trato con clientes, ya que se puede evaluar si su cuerpo denota apertura o confianza, y no arrogancia en sí misma. Para ello, aquí tienes que analizar cómo se mueve, cuál es la posición de los brazos y piernas, el tono de voz y la correcta dicción.

Sin embargo, “el reclutador debe hacer una evaluación integral: sí, lo que la persona nos provoca tiene un gran peso, pero hay que ser objetivos en cuanto a lo que realmente se necesita cubrir con un candidato y de ahí descartar o sumar elementos a considerar, como la imagen, por ejemplo”, asegura Angélica de la Vega, vocera de la Asociación Mexicana de Empresas de Capital Humano (Amech) y gerente de Relaciones Públicas de Addeco.

¿Un gran escritor… y actor?

Un CV puede decir maravillas de la experiencia de alguien, aunque también existe la posibilidad de que esa información sea falsa. Imagina que el candidato puede llegar y sostener dichas mentiras con una agilidad que incluso te impresione. Para confirmar que está diciendo la verdad, no te quedes sólo en el nivel de las palabras: observa sus movimientos corporales y pon atención en la imagen sensorial.

“Esto de la imagen sensorial son las sensaciones que el candidato despierta en el reclutador. No es una corriente como tal, pero es algo que se está usando mucho a la hora de elegir personal y se trata de analizar lo que la gente proyecta emocionalmente: si es honesta o deshonesta, si es colaborativa o si es una persona tímida que no le gusta trabajar en equipo”, afirma Debayle.

Ahora bien, ¿cómo confirmar la sinceridad del aspirante? Más allá de la sensación que alguien te provoca y en la que tu instinto juega un papel preponderante, hay elementos corporales que te pueden ayudar a identificar las cualidades de una persona. ¿Cómo está vestido? ¿Cómo está sentado? ¿Te ve a los ojos? ¿Cruza los brazos y las piernas? Existen rasgos en el lenguaje corporal que reflejan el profesionalismo de un sujeto, así como su autoestima y la seguridad en su trabajo y en sí mismo.

Para Debayle, “la gente que exagera su gesticulación y movimientos sugiere que es gente insegura y, por ende, esconde cierta arrogancia o protagonismo para disfrazar esa inseguridad. Los brazos y las piernas, por ejemplo, no deben estar cruzados, porque eso denota desconfianza y poca apertura. La sonrisa sugiere que es una persona sincera y honesta, igual que tener un contacto visual constante sin que llegue a ser fijo, sólo que demuestre que está escuchando”.

Dado que nuestro ángulo de visión es de 180° (como de media esfera) se puede ver a la persona a los ojos. También es importante atender la respiración; hay que estar atento y consciente de la respiración del entrevistado, para identificar si hay variaciones o no en ella, ya que ésta debe ser constante y continua, ni rápida ni lenta. Recuerda que alguien que respira con un ritmo determinado está en armonía consigo mismo.

Otros puntos clave son la cara y los gestos que hace el aspirante. Todo él es un conjunto de elementos y es fundamental saber leer cada uno de ellos: currículum vítae, vestimenta, movimientos corporales y faciales, y el tono de voz, que debe tener cierto volumen, ritmo y una articulación perfecta de las palabras.

La cara también habla

La comunicación facial hace un análisis de los gestos y facciones de un individuo para conocerlo y diagnosticar sus habilidades, debilidades, etc. Esto puede ayudar a evaluar mejor a tus nuevos empleados. “Los rasgos de personalidad pueden verse a través de la comunicación facial gracias a los 44 músculos que hay en el rostro y que, al ejercitarse, originan los gestos que refieren las emociones de cada persona, que ayudan a saber cómo es y qué siente”, detalla Renata Roa.

La experta agrega que “las microexpresiones son esos gestos involuntarios que se dan a partir de las emociones, aunque llegan a cambiar con el paso del tiempo. Y sirven para saber si se está diciendo la verdad, pues cuando hablamos debe haber congruencia entre nuestras palabras y nuestros gestos”. Por ejemplo, si el candidato dice que salió muy bien de su último trabajo, la expresión de su cara debe confirmarlo al no reflejar miedo en sus afirmaciones.

Toma en cuenta que la comunicación facial ayuda a sensibilizarnos para saber qué le está pasando al entrevistado, ya que permite identificar las siete emociones básicas que sienten todos los seres humanos: ira, tristeza, desprecio, asco, alegría, sorpresa y miedo. En tanto que la forma de percibirlas es a través de las facciones y de cada parte del rostro.

Aquí una explicación a detalle de algunas partes clave de la cabeza:
Frente. Habla de qué tan racional es la persona (enfocada a los datos duros). Si es una frente muy grande se trata de alguien muy racional y práctico, igual que cuando se tiene una nariz grande. La gente con nariz más pequeña es intuitiva, es decir, muy emocional y sus decisiones están basadas en las emociones y las sensaciones.
Pómulos. Hablan de la autoridad: si están muy arriba y muy marcados, estás frente a una persona muy autoritaria.
Orejas. Hablan de la capacidad de adaptación.
Barbilla. Una cara mucho más suave, sin la quijada tan marcada, refiere a un sujeto adaptable y tranquilo.
Ojos. Si son grandes, habla de individuos emocionales, optimistas y confiables.

De ahí que el rostro de un líder debe tener ciertas características de una persona autoritaria, pero con rasgos de alguien adaptable y emocional. El común denominador es la perseverancia, la capacidad emocional para generar vínculos y su creatividad.

El principal sustento que da el estudio de la comunicación facial a sus argumentos es que la cara no puede engañar a nadie (que abarca desde la línea del cabello hasta la barba). Sin embargo, otros especialistas consideran que el análisis de microgestos es un tanto complicado, debido a que son acciones que se deben medir en microsegundos y no siempre son perceptibles al ojo humano.

Elecciones correctas

Si bien los expertos dicen que es esencial tomar en cuenta los tres tipos de lenguaje (verbal, corporal y sensorial), al final eres tú quien decidirá qué peso darle a cada cosa. “La importancia de la imagen física en realidad depende del tipo de la vacante y hay que darle peso si es que representará a la empresa. Aunque claro, un aspirante deberá cuidar al máximo su presentación en la entrevista, al igual que su postura y forma de hablar. Debe reflejar profesionalismo”, puntualiza Angélica de la Vega.

La vocera de la Amech y gerente de Relaciones Públicas de Addeco asegura que para aquellos que no tienen experiencia reclutando personal, la recomendación es asesorarse con consultores en recursos humanos o bien, buscar literatura sobre el tema o videos en línea.

“Para las pequeñas y medianas empresas es mejor dejar el proceso de selección en manos de los expertos, ya que el margen de error se reduce considerablemente, igual que la rotación de personal”, añade. También hay cursos para aprender más sobre Comunicación Facial y otros elementos a considerar en el reclutamiento de empleados para tu negocio.

Lo cierto es que tú mejor que nadie sabe qué es lo que necesitas en tu empresa y qué necesidades cubrirás con la incorporación de tu nuevo colaborador. Sólo recuerda que una vez que hayas encontrado a la persona ideal, el siguiente paso es crear las condiciones para hacer que permanezca a tu lado.

El valor de las palabras

Si son escritas en un CV, no deben tener faltas de ortografía.
Si son orales, no usar muletillas: “este”, “si”, “¿no?”, “eh”, pues reflejan que la persona no tiene un razonamiento lógico y estructurado.
Los prolongados espacios en silencio aluden a que el entrevistado está comprando tiempo, ya sea para mentir o porque no se ha preparado lo suficiente para expresar sus fortalezas y habilidades.
El vocabulario es fundamental: refleja qué tan culta es la persona, porque a mayor número de palabras en su lenguaje se comprende que es alguien interesado en su preparación y que lee.
Las respuestas deben ser estructuradas, coherentes, concisas, correctas y lógicas.

Fuente:

Claves de una entrevista laboral efectiva

http://www.soyentrepreneur.com/

Qué hacer cuando su jefe trabaja demasiadas horas

El problema: todas las noches, su jefe adicto al trabajo sigue pegado a su computadora cuando usted necesita irse. ¿Cómo puede irse a casa sin parecer un holgazán?

Muchos empleados dedicados tienen jefes incluso más dedicados que trabajan hasta horas avanzadas de la noche. Los asesores de carrera y empleados que han pasado por esta situación afirman que la primera prioridad debería ser transmitir que sigue trabajando duro, y sigue siendo bueno en su trabajo. Eso requiere comunicar clara y frecuentemente sobre su progreso y resultados. Lo ideal es determinar lo que el jefe realmente necesita y cumplir con eso constantemente para que el horario deje de ser problema.

Muchos empleados dan por hecho que los gerentes valoran a la gente por trabajar día y noche, y las tendencias de la oficina respaldan este pensamiento: dos tercios de los trabajadores están invirtiendo mucho más horas en el trabajo que hace cinco años, según una encuesta entre 325 empleados realizada a fines de 2013 por Right Management, una empresa de gestión de talento y carrera.

Pero antes de inquietarse demasiado por las horas de trabajo, revise sus suposiciones sobre lo que quiere su jefe, señala Cali Williams Yost, presidente ejecutiva de Flex + Strategy Group, una firma de consultoría y capacitación en Nueva Jersey. Los gerentes trabajan muchas horas por varios motivos: puede ser un hábito o preferencia personal, o quizás simplemente no quieran irse a casa. «La gente hace demasiadas suposiciones sobre las expectativas de los gerentes que simplemente son equivocadas», expresa Yost.

Cuando los gerentes se fijan en los horarios de trabajo de los empleados, normalmente buscan garantizar otros asuntos: que sus subordinados estén cumpliendo con tareas a tiempo; que pueden ser localizados cuando los necesiten, y que no están creando trabajo extra para sus colegas, señala Yost.

El jefe de Rich Gee en un trabajo anterior lo criticó por salir de la oficina a las 5 p.m., dice Gee, un asesor de ejecutivos en Connecticut. Su gerente reconoció que Gee estaba cumpliendo con sus tareas a tiempo y haciendo un buen trabajo; llegaba a la oficina a las 6:30 a.m., dos horas antes que sus colegas. Sin embargo, al jefe lo ponía nervioso la posibilidad de que Gee no estuviera disponible cuando lo necesitara. Gee indicó que podía ser localizado a cualquier momento del día en su celular, e resaltó que siempre respondía rápidamente a pedidos de emergencia.

Siguió yéndose de la oficina a las 5 p.m., pero actualizaba a su jefe a menudo sobre sus avances y resultados, y se reportaba todas las tardes antes de irse. Con el tiempo, dice, su jefe «vio que no eran las horas lo que importaba, sino la intensidad con que trabajaba».

Una clave para la solución de Gee: una comunicación fluida. Los empleados deberían sentarse con sus jefes y pedirles que definan los objetivos de su trabajo y el cronograma para lograrlos, apunta Pat Katepoo, dueña de WorkOptions, una consultora con sede en Hawaii. Después «busque los momentos naturales para comunicarse sobre su progreso, cuando tenga una reunión de grupo o cuando esté pasando cerca o redactando un email», anota Katepoo.

Hay muchas formas de presentar una imagen de laboriosidad. Si un gerente habla sobre un proyecto de forma intensa y concentrada, responda con una intensidad similar, reconociendo su importancia y repitiendo la fecha de entrega, dice Anne Brown, una ejecutiva de publicidad que ha escrito sobre cómo los empleados jóvenes pueden lidiar con jefes adictos al trabajos en su libro «Grad to Great». Administre bien el tiempo en reuniones privadas con el jefe, avanzando rápidamente en la agenda, agrega Brown. Y claro, esté listo para trabajar hasta tarde durante una crisis o una temporada ajetreada, o cuando se avecina la fecha de entrega de un proyecto importante.

En algunas profesiones, trabajar muchas horas es inevitable. Ciertas empresas generan una competencia intensa y horarios prolongados para empleados recién contratados, dice Julie Cohen, un asesor de carrera en Filadelfia. Otros tienen normas culturales no escritas, como: «Nadie se va de la oficina antes que el jefe», dice. Es conveniente demostrar su dedicación al trabajo por al menos seis meses y consultar a un mentor antes de buscar un horario más corto, indica Cohen.

Para sacarle el máximo provecho a una negociación sobre horario, dice el asesor de ejecutivos Michael Melcher, piense antes en las necesidades del jefe, y traiga datos específicos que documenten su desempeño. Comience con un tono positivo, hablando sobre lo que va bien. Pregunte qué es lo que el jefe espera de sus empleados en cuanto a horas de trabajo y responder emails. Para proponer soluciones, Melcher recomienda la técnica «sí…y»: reafirme el punto de vista del jefe, y después exprese el suyo. Por ejemplo: «Sí, quiero que pueda confiar en mí fuera del horario de trabajo. Y, ya que tengo gemelos pequeños, es importante para mí estar en casa entre las 5:30 p.m. y las 8 p.m., y pasar tiempo con mi familia. Podría responderle entre las 9 p.m. y las 11 p.m. ¿Qué le parece?».

Estas conversaciones pueden abrir el diálogo, o chocar contra un muro. Cuando la gerente de proyectos Ashanti Stanford planteó la situación ante un jefe en un trabajo anterior, su jefa se molestó y suspiró. «La expectativa era: ‘Tengo que trabajar estas horas, ¿por qué te estás quejando?'», dice Stanford. Desde entonces, se cambió a un trabajo con mejor horario.

Fuente: Qué hacer cuando su jefe trabaja demasiadas horas http://online.wsj.com/

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